Mossack Fonseca es una entidad especializada en la creación y gestión de sociedades que sirven para lavar dinero, ocultar fortunas y eludir al fisco. Sus antecedentes en Brasil, España, Alemania, Libia y Siria
por Fernando Krakowiak - El estudio panameño Mossack Fonseca que asesoró a la familia Macri en la creación de la firma offshore Fleg Trading Ltd en las Bahamas, de la que el propio presidente Mauricio Macri fue director entre 1998 y 2009, es una entidad especializada en la creación y gestión de sociedades en paraísos fiscales que sirven para lavar dinero, ocultar fortunas y eludir al fisco.
Eso se desprende no sólo de los miles de documentos filtrados el domingo sino también de los hechos de corrupción en los que apareció involucrada durante los últimos años en países como Brasil, España, Estados Unidos, Alemania, Libia, Siria, Uruguay e incluso la Argentina. Lo que sigue es un detalle de algunos casos que permiten comprender como opera.
El 27 de enero de este año el procurador de Brasil, Carlos Fernando dos Santos Lima, acusó a la firma Mossack Fonseca de ser “una gran lavadora de dinero” luego de que se comprobara su participación en el entramado de corrupción política y empresarial que se reveló a partir de la operación Lava Jato (lavado a presión), denominada de esa forma porque los involucrados blanqueaban y fugaban dinero a través de una red de lavanderías y estaciones de servicio.
A medida que la investigación, iniciada en 2013, avanzaba se comprobó que gran parte del dinero provenía de sobornos que cobraban ejecutivos de Petrobras para favorecer la contratación de empresas en una serie de licitaciones de obras públicas. El dinero se blanqueaba y luego se transfería a cuentas en China y Hong Kong.
La fiscalía de Brasil estimó que entre 2004 y 2012 se blanquearon de esa forma unos 8000 millones de dólares, siendo el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil. El caso involucró a políticos de todos los partidos y a grandes empresarios. La ruta del dinero llevó a una serie de sociedades offshore las cuales habían sido creadas por Mossack Fonseca, como Murray Holding, Kingsfield Consulting y Milzart Overseas Holdings, las cuales fueron utilizadas para fugar divisas.
El estudio argumentó que se las vendió a un “intermediario” llamado Ademir Auada que las vendió a los dueños finales, en su mayoría empresarios vinculados a Petrobras. Sin embargo, a partir de una serie de escuchas la Justicia determinó que Mossack Fonseca estaba al tanto del objetivo para el que fueron creadas.
Incluso interceptaron un mail que involucraba a la gerente general de la firma en Brasil, María Mercedes Riaño: “Sacar todos los documentos de la oficina, nombres de clientes, documentos por enviar, documentos de due diligence, directorios telefónicos borrar de la computadora, todo lo que pueda haber, incluyendo los [sitios] favoritos... No dejar nada, yo lo voy a guardar en mi auto o en mi casa”, aseguraba Riaño en el correo. Esos datos llevaron a la detención en enero de dos empleados de Mossack Fonseca, aunque Riaño no pudo ser detenida porque se escapó a Panamá.
El estudio Mossack Fonseca también creó numerosas offshore para ayudar a sus clientes a esconder activos. A comienzos de 2012 trascendió que el entonces vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, uno de los hombres fuertes del Partido Popular en España, estaba siendo investigado por residir en una mansión de 495 metros cuadrados en una zona de lujo cercana a Marbella en la que declaraba pagar sólo 2000 euros mensuales de alquiler.
“Eso tiene pinta de otra cosa”, había dicho el secretario general del Partido Socialista de Madrid, Tomás Gómez, a quien le llamaba la atención el bajo precio del alquiler. En ese momento se supo que el dúplex era propiedad de Coast Investors LLC, una compañía radicada en el paraíso fiscal estadounidense de Delaware, la cual a su vez era propiedad de Waldorf Overseas Investment, una firma radicada en Panamá.
El diario español El Confidencial reveló en marzo del año pasado que los supuestos dueños de esa sociedad panameña eran los costarricenses Walter Céspedes, Irene Roig y Orlando Heilbron, tres indigentes que fueron calificados como simples testaferros.
La investigación policial confirmó luego que Mossack Fonseca había sido la firma encargada de convocar a los tres costarricenses y utilizar sus nombres para crear Waldorf Overseas Investment con el objetivo de ocultar al verdadero propietario de la mansión de lujo.
La Justicia sospecha que el dueño era el propio Ignacio González, quien habría apelado a ese entramado de sociedades para no tener que justificar de donde sacó el dinero. González y su esposa fueron citados a declarar para el próximo 18 de abril imputados por los delitos de cohecho y blanqueo de capitales.
Mossack Fonseca fue además el estudio que asesoró a Iñaki Urdangarin, yerno del rey Juan Carlos, para ayudarlo a fugar cerca de 650.000 euros a Belice. El diario El Mundo de España reveló en 2011 que Urdangarin había facturado entre 2004 y 2007 cerca de 17 millones de euros a través del Instituto Nóos, una organización sin fines de lucro que realizaba investigaciones sobre “estrategias de patrocinio, mecenazgo y responsabilidad”.
Luego ideó una trama de empresas para facturarle servicios falsos a Nóos y destinar las ganancias a una serie de sociedades familiares. El paso siguiente fue cruzar facturas entre sí para disminuir la base imponible del Impuesto de Sociedades y finalmente derivar los fondos al paraíso fiscal de Belice a través de las firmas De Goes Center for Stakeholder y Blossom Hill Assets, creadas por Mossack Fonseca.
El estudio comandado por el panameño Ramón Fonseca, el alemán Jürgen Mossack y el abogado suizo Christoph Zollinger también fue investigado por un Comité de Seguimiento de Activos de Libia que en 2012 reclamó al entonces procurador general de Panamá, José Ayú Prado, asistencia para poder dar con los beneficiarios de siete sociedades anónimas creadas en Islas Vírgenes Británicas por Mossack Fonseca que supuestamente habían servido para lavar dinero por parte de ex funcionarios del régimen de Muamar el Gadafi.
“Solicito respetuosamente que Mossack Fonseca sea investigado por su supuesto papel en ayudar a la ocultación de activos robados de Libia”, afirmó entonces la representante del Comité, Ann Marlowe, sin grandes resultados.
Otra de las vinculaciones de Mossack Fonseca fue con el gobierno sirio de Bashar al Assad. En julio de 2014, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció una serie de sanciones contra empresas que le vendían combustible al gobierno sirio, entre las que figuraban Pangates International Corporation Limited, Maxima Middle East Trading Co. y Morgan Additives Manufacturing.
El objetivo era evitar que Assad bombardeara a los rebeldes, a los que Estados Unidos apoya. Pese a la directiva, esas compañías saltearon el embargo a través de una serie de sociedades offshore creadas por Mossak Fonseca en Seychelles, un paraíso fiscal ubicado en el Océano Indico.
En Alemania, Mossack Fonseca, también fue denunciada a comienzos de 2015 por un escándalo de evasión impositiva cuando se conoció que un grupo de bancos de Luxemburgo y casi noventa abogados y gestores de activos ayudaron a clientes alemanes a eludir al fisco mediante el establecimiento de sociedades offshore en Panamá, creadas por el estudio panameño.
En Argentina, por su parte, el nombre de Mossack Fonseca apareció en 2013 cuando quedó implicada en la causa de lavado de activos iniciada contra el empresario Lázaro Báez, quien está acusado de fugar dinero a través de la financiera SGI
por Fernando Krakowiak - El estudio panameño Mossack Fonseca que asesoró a la familia Macri en la creación de la firma offshore Fleg Trading Ltd en las Bahamas, de la que el propio presidente Mauricio Macri fue director entre 1998 y 2009, es una entidad especializada en la creación y gestión de sociedades en paraísos fiscales que sirven para lavar dinero, ocultar fortunas y eludir al fisco.
Eso se desprende no sólo de los miles de documentos filtrados el domingo sino también de los hechos de corrupción en los que apareció involucrada durante los últimos años en países como Brasil, España, Estados Unidos, Alemania, Libia, Siria, Uruguay e incluso la Argentina. Lo que sigue es un detalle de algunos casos que permiten comprender como opera.
El 27 de enero de este año el procurador de Brasil, Carlos Fernando dos Santos Lima, acusó a la firma Mossack Fonseca de ser “una gran lavadora de dinero” luego de que se comprobara su participación en el entramado de corrupción política y empresarial que se reveló a partir de la operación Lava Jato (lavado a presión), denominada de esa forma porque los involucrados blanqueaban y fugaban dinero a través de una red de lavanderías y estaciones de servicio.
A medida que la investigación, iniciada en 2013, avanzaba se comprobó que gran parte del dinero provenía de sobornos que cobraban ejecutivos de Petrobras para favorecer la contratación de empresas en una serie de licitaciones de obras públicas. El dinero se blanqueaba y luego se transfería a cuentas en China y Hong Kong.
La fiscalía de Brasil estimó que entre 2004 y 2012 se blanquearon de esa forma unos 8000 millones de dólares, siendo el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil. El caso involucró a políticos de todos los partidos y a grandes empresarios. La ruta del dinero llevó a una serie de sociedades offshore las cuales habían sido creadas por Mossack Fonseca, como Murray Holding, Kingsfield Consulting y Milzart Overseas Holdings, las cuales fueron utilizadas para fugar divisas.
El estudio argumentó que se las vendió a un “intermediario” llamado Ademir Auada que las vendió a los dueños finales, en su mayoría empresarios vinculados a Petrobras. Sin embargo, a partir de una serie de escuchas la Justicia determinó que Mossack Fonseca estaba al tanto del objetivo para el que fueron creadas.
Incluso interceptaron un mail que involucraba a la gerente general de la firma en Brasil, María Mercedes Riaño: “Sacar todos los documentos de la oficina, nombres de clientes, documentos por enviar, documentos de due diligence, directorios telefónicos borrar de la computadora, todo lo que pueda haber, incluyendo los [sitios] favoritos... No dejar nada, yo lo voy a guardar en mi auto o en mi casa”, aseguraba Riaño en el correo. Esos datos llevaron a la detención en enero de dos empleados de Mossack Fonseca, aunque Riaño no pudo ser detenida porque se escapó a Panamá.
El estudio Mossack Fonseca también creó numerosas offshore para ayudar a sus clientes a esconder activos. A comienzos de 2012 trascendió que el entonces vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, uno de los hombres fuertes del Partido Popular en España, estaba siendo investigado por residir en una mansión de 495 metros cuadrados en una zona de lujo cercana a Marbella en la que declaraba pagar sólo 2000 euros mensuales de alquiler.
“Eso tiene pinta de otra cosa”, había dicho el secretario general del Partido Socialista de Madrid, Tomás Gómez, a quien le llamaba la atención el bajo precio del alquiler. En ese momento se supo que el dúplex era propiedad de Coast Investors LLC, una compañía radicada en el paraíso fiscal estadounidense de Delaware, la cual a su vez era propiedad de Waldorf Overseas Investment, una firma radicada en Panamá.
El diario español El Confidencial reveló en marzo del año pasado que los supuestos dueños de esa sociedad panameña eran los costarricenses Walter Céspedes, Irene Roig y Orlando Heilbron, tres indigentes que fueron calificados como simples testaferros.
La investigación policial confirmó luego que Mossack Fonseca había sido la firma encargada de convocar a los tres costarricenses y utilizar sus nombres para crear Waldorf Overseas Investment con el objetivo de ocultar al verdadero propietario de la mansión de lujo.
La Justicia sospecha que el dueño era el propio Ignacio González, quien habría apelado a ese entramado de sociedades para no tener que justificar de donde sacó el dinero. González y su esposa fueron citados a declarar para el próximo 18 de abril imputados por los delitos de cohecho y blanqueo de capitales.
Mossack Fonseca fue además el estudio que asesoró a Iñaki Urdangarin, yerno del rey Juan Carlos, para ayudarlo a fugar cerca de 650.000 euros a Belice. El diario El Mundo de España reveló en 2011 que Urdangarin había facturado entre 2004 y 2007 cerca de 17 millones de euros a través del Instituto Nóos, una organización sin fines de lucro que realizaba investigaciones sobre “estrategias de patrocinio, mecenazgo y responsabilidad”.
Luego ideó una trama de empresas para facturarle servicios falsos a Nóos y destinar las ganancias a una serie de sociedades familiares. El paso siguiente fue cruzar facturas entre sí para disminuir la base imponible del Impuesto de Sociedades y finalmente derivar los fondos al paraíso fiscal de Belice a través de las firmas De Goes Center for Stakeholder y Blossom Hill Assets, creadas por Mossack Fonseca.
El estudio comandado por el panameño Ramón Fonseca, el alemán Jürgen Mossack y el abogado suizo Christoph Zollinger también fue investigado por un Comité de Seguimiento de Activos de Libia que en 2012 reclamó al entonces procurador general de Panamá, José Ayú Prado, asistencia para poder dar con los beneficiarios de siete sociedades anónimas creadas en Islas Vírgenes Británicas por Mossack Fonseca que supuestamente habían servido para lavar dinero por parte de ex funcionarios del régimen de Muamar el Gadafi.
“Solicito respetuosamente que Mossack Fonseca sea investigado por su supuesto papel en ayudar a la ocultación de activos robados de Libia”, afirmó entonces la representante del Comité, Ann Marlowe, sin grandes resultados.
Otra de las vinculaciones de Mossack Fonseca fue con el gobierno sirio de Bashar al Assad. En julio de 2014, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció una serie de sanciones contra empresas que le vendían combustible al gobierno sirio, entre las que figuraban Pangates International Corporation Limited, Maxima Middle East Trading Co. y Morgan Additives Manufacturing.
El objetivo era evitar que Assad bombardeara a los rebeldes, a los que Estados Unidos apoya. Pese a la directiva, esas compañías saltearon el embargo a través de una serie de sociedades offshore creadas por Mossak Fonseca en Seychelles, un paraíso fiscal ubicado en el Océano Indico.
En Alemania, Mossack Fonseca, también fue denunciada a comienzos de 2015 por un escándalo de evasión impositiva cuando se conoció que un grupo de bancos de Luxemburgo y casi noventa abogados y gestores de activos ayudaron a clientes alemanes a eludir al fisco mediante el establecimiento de sociedades offshore en Panamá, creadas por el estudio panameño.
En Argentina, por su parte, el nombre de Mossack Fonseca apareció en 2013 cuando quedó implicada en la causa de lavado de activos iniciada contra el empresario Lázaro Báez, quien está acusado de fugar dinero a través de la financiera SGI