[Semillas de identidad] - A los viejos problemas del agro nacional deben agregarse los nuevos problemas derivados del coronavirus. A la cada día más arrinconada producción nacional agropecuaria deben sumarse ahora las nulas ayudas que este gobierno ha dedicado para atender los variadísimos aprietos que se presentan para campesinos, indígenas y empresarios agrícolas del país.
A las normales dificultades para vender a precios justos, remunerativos y estables sus cosechas, debe agregarse, ahora, que los “Nuevos Héroes” no disponen de transporte para el envío de sus mercancías a los centros de distribución y consumo.
Por la pandemia y la inseguridad, aumentada por la cuarentena, el precio de los fletes se ha encarecido. Los camioneros durante estos días de cuarentena no pagan peajes, pero aumentaron sus costos de viaje.
Los alojamientos, restaurantes, repuestos o sitios donde arreglar hasta una llanta son escasos. Y los que están trabajando lo hacen a precios superiores. La cuarentena elevó los fletes y, en muchas regiones, hizo que escaseen los camiones. En algunas zonas del país no se atreven a viajar por el temor a ser asaltados.
Por los menguados ingresos de la gran mayoría de la población y por el pírrico subsidio que entrega el gobierno nacional -a quienes perdieron sus empleos o no pueden salir a ganar su sustento- lleva a que el consumo de varios de los alimentos haya disminuido sensiblemente.
Así los colombianos solo estén comprando comida, lo cierto es que perecederos como la leche, el queso, otros derivados lácteos, la papa, el plátano y varios productos agrícolas más, han bajado de precio para los productores así, en los centros de comercialización, hayan subido los precios a los consumidores.
Y, aunque el fenómeno no se presenta en todo el país ni con los mismos productos, lo cierto es que afecta -en unas o en otras regiones- el ingreso de las gentes del campo -
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