por Carlos Bedoya* - Perú - Cientos de miles de activistas e intelectuales en el mundo señalan que el TPP sólo beneficiará a las grandes corporaciones y a Estados Unidos y sus socios favoritos.
Para el resto de países que lo suscriben sólo traerá consecuencias negativas. Los lobbys corporativos han demostrado, una vez más, el poder que tienen en gobiernos como los de nuestros países, que ya han aceptado la firma de este acuerdo.
¿Para qué sirve el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, por sus siglas en inglés TPP (TransPacificPartnership), si total ya tenemos TLC con Estados Unidos, México, Chile y Canadá de este lado del océano; y con Japón, Singapur, Tailandia, China y Corea de Sur del otro (aunque estos tres últimos países no integran el TPP)?
Aunque para muchos es simplemente una raya más al tigre, lo cierto es que el contenido y la función que cumplirá el TPP lo aleja de ser un simple TLC, y lo descubre como una estrategia que combina intereses corporativos y geopolíticos.
En síntesis, su contenido es de mayor entrega de soberanía, pérdida de derechos de los ciudadanos en favor de las transnacionales, de autoritarismo y corrupción (se negoció en estricto secreto y estuvo inundado de lobbies empresariales) -
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