La reciente cumbre de la OTAN, celebrada en Varsovia y a la que asistieron 28 países miembros, 26 naciones socias, los líderes de las Naciones Unidas, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial, en total 2.500 participantes, parecía más un espectáculo norteamericano antirruso dirigido por Barack Obama, que una reunión de los líderes europeos preocupados por el futuro de la Unión Europea.
Los medios de comunicación polacos se encargaron de hacer más dramático el discurso de Obama tratando de crear un clima de paranoia para convencer a la opinión pública de que "Putin quiere invadir Europa Oriental", "Putin quiere recrear la URSS"
El ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Witold Waszczykowski, declaró con el mismo tono que "nosotros tenemos que rechazar cualquier idea de establecer relaciones pragmáticas con Rusia mientras esté invadiendo a sus vecinos".
Antes de la reunión, el gobierno polaco acusó a los periodistas que opinan diferente al Gobierno de ser "espías rusos", como sucedió con el columnista Mateusz Piskorski.
Desde otro rincón del planeta, en Estados Unidos, el periódico The New York Times urgió a Obama a castigar durante su permanencia en Polonia al líder del partido polaco Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, por una conducta que "cada vez se parece más a la de un payaso de Putin", como informó el periódico local The Warsaw Voice -
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