por Eric Nepomuceno - Hoy, Michel Temer cumple trece días como presidente efectivo de Brasil. Trece días, luego de casi cuatro meses como interino, mientras se desarrollaba en el Senado el juicio político que liquidó el mandato que Dilma Rousseff había conquistado, en 2014, por la vía del voto popular.
Para hacerse con su segundo mandato presidencial, Dilma Rousseff necesitó el voto de 54 millones 500 mil electores brasileños.
Para hacerse presidente, Temer necesitó nada más que los 61 votos de senadores que decidieron, aunque no hubiese prueba alguna, que la mandataria cometió “crimen de responsabilidad”, lo que, según la Constitución, justificaría destituirla. Ha sido un golpe institucional.
Hoy también se cumplen trece días de incesantes marchas populares de protesta que se reproducen por todos el país, a los gritos de “¡Fuera Temer!”.
Para hacerse con su segundo mandato presidencial, Dilma Rousseff necesitó el voto de 54 millones 500 mil electores brasileños.
Para hacerse presidente, Temer necesitó nada más que los 61 votos de senadores que decidieron, aunque no hubiese prueba alguna, que la mandataria cometió “crimen de responsabilidad”, lo que, según la Constitución, justificaría destituirla. Ha sido un golpe institucional.
Hoy también se cumplen trece días de incesantes marchas populares de protesta que se reproducen por todos el país, a los gritos de “¡Fuera Temer!”.











