por Félix Caballero Escalante - "No hay magia posible: o tenemos el apoyo popular y lo incrementamos con participación y atención a la gente y amor por la gente, no sólo de boca sino demostrándolo, o no lo tenemos y nuestro destino será la muerte política" - Hugo Chávez Frías, 2005
Algunos le llaman la restauración conservadora, otros hablan de tiempos de contraofensiva neoliberal, lo real es que nos encontramos en un momento de estancamiento de los proyectos populares de izquierda cuyo accionar desde principios del XXI, posibilitaron la construcción de un bloque antiimperialista, que en base a la bonanza originada por el incremento de los precios de los commodities, lograron reducir las asimetrías socio-económicas en la región y pusieron freno, por más de una década, al proyecto neoliberal de las zonas de libre comercio.
Las causas del estancamiento de estos proyectos populares se pueden identificar en dos planos:
Nacional: el posicionamiento de las corrientes reformistas dentro de la dirección de los gobiernos de izquierda, han tendido a priorizar al Estado como herramienta de transformación social por encima de la organización popular. Los gobiernos progresistas lograron acrecentar el mercado interno a través del aumento del poder adquisitivo de la población y el subsidio de rubros y servicios básicos.
Sin embargo, la crisis económica mundial que explotó en 2008 agudiza las contradicciones de clase y crea desequilibrios que superan todo tipo de regulaciones y controles establecidas por estos gobiernos.
Es por eso que la redistribución de la renta procedente de la actividad extractiva, es una acción necesaria más no suficiente para superar los lazos de dependencia con los países "centros" o los pertenecientes al bloque emergente BRICS.
La política que emana de la socialdemocracia, tiende a la estabilización y gobernanza, dejando el proceso de cambio revolucionario como elemento secundario y termina consolidando los lazos de subordinación en el orden internacional -
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