Bruno Geller (Agencia Cyta - Instituto Leloir) - Un estudio, basado en el análisis de 8 mil recetas de tiras reactivas y medicamentos para personas con diabetes tipo 2, reveló que cerca de la mitad usa más de las necesarias
En Argentina, el 50 por ciento de los gastos del tratamiento de la diabetes corresponde a la compra de tiras reactivas, un elemento clave para realizar el control diario de la glucemia o niveles de azúcar en la sangre. Sin embargo, un estudio realizado en La Plata muestra que cerca de la mitad de los pacientes usan más tiras de las necesarias.
Así lo constataron investigadores del Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada (Cenexa), que depende de la Universidad Nacional la Plata y del Conicet, quienes analizaron 8 mil recetas de tiras reactivas y medicamentos para personas con diabetes tipo 2 registradas en el Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires durante 3 meses consecutivos del año 2013.
“En algunos casos, los pacientes empleaban por mes tres veces más tiras de las necesarias”, destacó el doctor Juan José Gagliardino, investigador del Conicet en el Cenexa y líder del estudio publicado en la revista “The Journal of Diabetes Science and Technology”.
Las causas del uso excesivo de esos dispositivos son múltiples. Algunas de ellas son el temor a la hipoglucemia e indicaciones médicas poco precisas.
“Con una buena educación de las personas con diabetes se podrían reducir no sólo estos gastos en salud, sino que también mejoraría su calidad de vida”, añadió.
Los investigadores encontraron que, como era de suponer, las personas tratadas con una sola medicación oral son quienes menos se controlan la glucemia, seguidos por quienes empleaban dos o más fármacos orales. En cambio, el mayor consumo de tiras corresponde a aquellos que reciben inyecciones de insulina, lo que suele suponer grados más avanzados de diabetes tipo 2.
Los resultados de este estudio y otros realizados por nuestro grupo, “nos permiten sugerir que la educación diabetológica impartida por personal médico y la prescripción auditada por parte de tiras reactivas permitiría optimizar su uso”, subrayó Gagliardino.
Un estudio previo conducido por Gagliardino y publicado en 2013 en “Diabetic Medicine” demostró que la educación diabetológica combinada de prestadores del nivel primario de atención y de personas con diabetes tipo 2 atendidos en ese nivel, mejoraron todos los indicadores de calidad de atención y consumieron el menor número de recursos económicos en el plazo de 3 años de seguimiento.
En Argentina, el 50 por ciento de los gastos del tratamiento de la diabetes corresponde a la compra de tiras reactivas, un elemento clave para realizar el control diario de la glucemia o niveles de azúcar en la sangre. Sin embargo, un estudio realizado en La Plata muestra que cerca de la mitad de los pacientes usan más tiras de las necesarias.
Así lo constataron investigadores del Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada (Cenexa), que depende de la Universidad Nacional la Plata y del Conicet, quienes analizaron 8 mil recetas de tiras reactivas y medicamentos para personas con diabetes tipo 2 registradas en el Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires durante 3 meses consecutivos del año 2013.
“En algunos casos, los pacientes empleaban por mes tres veces más tiras de las necesarias”, destacó el doctor Juan José Gagliardino, investigador del Conicet en el Cenexa y líder del estudio publicado en la revista “The Journal of Diabetes Science and Technology”.
Las causas del uso excesivo de esos dispositivos son múltiples. Algunas de ellas son el temor a la hipoglucemia e indicaciones médicas poco precisas.
“Con una buena educación de las personas con diabetes se podrían reducir no sólo estos gastos en salud, sino que también mejoraría su calidad de vida”, añadió.
Los investigadores encontraron que, como era de suponer, las personas tratadas con una sola medicación oral son quienes menos se controlan la glucemia, seguidos por quienes empleaban dos o más fármacos orales. En cambio, el mayor consumo de tiras corresponde a aquellos que reciben inyecciones de insulina, lo que suele suponer grados más avanzados de diabetes tipo 2.
Los resultados de este estudio y otros realizados por nuestro grupo, “nos permiten sugerir que la educación diabetológica impartida por personal médico y la prescripción auditada por parte de tiras reactivas permitiría optimizar su uso”, subrayó Gagliardino.
Un estudio previo conducido por Gagliardino y publicado en 2013 en “Diabetic Medicine” demostró que la educación diabetológica combinada de prestadores del nivel primario de atención y de personas con diabetes tipo 2 atendidos en ese nivel, mejoraron todos los indicadores de calidad de atención y consumieron el menor número de recursos económicos en el plazo de 3 años de seguimiento.