sábado, 12 de noviembre de 2016

Batalla de Stalingrado - el día que el fascismo perdió la guerra (1943)

Los generales alemanes percibieron la aplastadora derrota de la Wehrmacht como poco menos que un fiasco ignominioso.

Ni Hitler ni ellos se habían preparado para otra cosa que no fuera una campaña victoriosa.

En la primavera de 1942, cuando el alto mando alemán había empezado a preparar una campaña diseñada para vengar la derrota a las puertas de Moscú, el mariscal de campo Gerd von Rundstedt sugirió a Hitler que se concentrara en la defensa de las victorias del este, posiblemente hasta retirarse a la frontera entre la Unión Soviética y Polonia.

El Führer no estaba de acuerdo, la derrota de Moscú aún le dolía, mientras que una ofensiva alemana exitosa podría haber persuadido a Turquía de unirse a la guerra, y hacer posible una invasión de Irán.

Hitler llegó incluso a formar una división ‘F’, que hablara con soltura árabe y otros idiomas de Oriente Medio, preparada para operaciones en la región - texto completo