[AFP] - En un ambiente de gran tensión, bajo
resguardo militar y con largas filas para abordar los autobuses o
comprar alimentos, los chilenos intentan retomar sus actividades este
lunes, en el primer día laboral tras las violentas protestas que dejaron
11 muertos el fin de semana.
El número de fallecidos en estas
revueltas sin precedentes desde el retorno a la democracia en 1990,
aumentó a once, al sumar las ocho personas que murieron el domingo, en
su mayoría en medio de los múltiples saqueos e incendios que estallaron
en varios puntos de Santiago.
«La cifra de fallecidos oficiales que
tenemos que lamentar en estos últimos dos días es 11», dijo a
periodistas Karla Rubilar, intendenta (gobernadora) de la Región
Metropolitana.
Después de un fin de semana de gran
violencia, en el que ardieron varias estaciones del metro de Santiago,
supermercados, fábricas y diversos locales comerciales, los chilenos
enfrentan este lunes bajo estado de emergencia y resguardo militar.
En Santiago, muchos empleadores
cancelaron las jornadas de trabajo y las clases estaban suspendidas en
prácticamente todos los colegios y universidades.
La falta del metro -eje del transporte
público, con unos tres millones de pasajeros por día-, era lo que más se
extrañaba en esta ciudad de casi siete millones de habitantes,
obligados ahora a hacer largas filas para tomar autobuses o acceder a
las pocas estaciones del ferrocarril metropolitano abiertas - tomado de elcomunista.net - Leer texto completo