BEIJING, 2 oct (Xinhua) -- Cumplir 70 años comúnmente señala el comienzo del crepúsculo de la vida de una persona. Sin embargo, para la República Popular China marca una edad dorada llena de esperanza y vigor.
La Nueva China celebró su cumpleaños número 70 el 1 de octubre. La transformación de China de una sociedad agrícola aislada de Occidente a la segunda mayor economía abierta al mundo no puede describirse como menos que un milagro.
Pero lo más importante es que China ha trazado un nuevo camino para que los países en vías de desarrollo se modernicen.
Hace siete décadas, el país, devastado por las guerras, partió de cero. Los observadores se sorprenden ante la modernización a gran escala de China, la dramática reducción en el número de personas viviendo en la pobreza, y la enorme escala de su mercado de consumo. Y lo que hace que presten tanta atención a China no sólo es la velocidad de dicha transformación, sino también el particular camino que tomó el país para realizarla.
Reflexionando sobre su pasado y presente, y a través de la experimentación, China ha identificado el camino correcto y seguirá avanzando por él: el socialismo con peculiaridades chinas.
La reforma es el motor del milagro chino. No existe una solución previamente hecha para los problemas de desarrollo que enfrenta China. Desde la creación de zonas económicas especiales hasta la de zonas piloto de libre comercio, desde llevar a cabo contratos de producción basados en familias hasta revitalizar las empresas de propiedad estatal, China ha sido uno de los países más exitosos en ensayar y aplicar reformas durante las últimas décadas.
Ahora la reforma de China se está profundizando aún más y volviendo más integral en los sectores económico, político, cultural, social y ecológico - Leer texto completo
La Nueva China celebró su cumpleaños número 70 el 1 de octubre. La transformación de China de una sociedad agrícola aislada de Occidente a la segunda mayor economía abierta al mundo no puede describirse como menos que un milagro.
Pero lo más importante es que China ha trazado un nuevo camino para que los países en vías de desarrollo se modernicen.
Hace siete décadas, el país, devastado por las guerras, partió de cero. Los observadores se sorprenden ante la modernización a gran escala de China, la dramática reducción en el número de personas viviendo en la pobreza, y la enorme escala de su mercado de consumo. Y lo que hace que presten tanta atención a China no sólo es la velocidad de dicha transformación, sino también el particular camino que tomó el país para realizarla.
Reflexionando sobre su pasado y presente, y a través de la experimentación, China ha identificado el camino correcto y seguirá avanzando por él: el socialismo con peculiaridades chinas.
La reforma es el motor del milagro chino. No existe una solución previamente hecha para los problemas de desarrollo que enfrenta China. Desde la creación de zonas económicas especiales hasta la de zonas piloto de libre comercio, desde llevar a cabo contratos de producción basados en familias hasta revitalizar las empresas de propiedad estatal, China ha sido uno de los países más exitosos en ensayar y aplicar reformas durante las últimas décadas.
Ahora la reforma de China se está profundizando aún más y volviendo más integral en los sectores económico, político, cultural, social y ecológico - Leer texto completo