viernes, 13 de diciembre de 2019

Sagrado y obsceno en Bolivia

x Eduardo Rothe - A diferencia del caso brasilero, el fundamentalismo cristiano en el golpe de Bolivia es más racista que religioso
 
En noviembre de 1532 en la ciudad de Cajamarca el inca Atahualpa, ultimo mandatario indígena, confiado en su fuerza de 4.000 guerreros (que dejó atrás cuando fue a entrevistarse con Pizarro) cayó en una emboscada que le tendieron los españoles con apenas 168 hombres y 62 caballos; eso sí, armados con arcabuces y dos pequeños cañones.

En noviembre 2019, Evo Morales primer mandatario indígena 5 siglos después, confiado en el apoyo mayoritario del pueblo y en la bonanza que gozaba Bolivia, cayó en una emboscada política de la derecha con la ayuda, no faltaba más, del gobierno gringo y su funesta OEA. 

El derrocamiento de Evo, como el de Atahualpa, se iniciaron como golpes de mano, operaciones de comando - Leer texto completo