por Luis Bruschtein - El descuartizamiento público de Lula es lo que quieren hacer con Cristina Kirchner, con Evo Morales o con Rafael Correa y lo que hubieran querido hacer con Chávez. La humillación de Lula es una demostración de la rosca de poder en estas épocas de democracia.
Derecha política, corporaciones económicas, corporaciones mediáticas, gran parte de la justicia y de los servicios de inteligencia que siempre trabajan para el mismo patrón más allá de los gobiernos de turno. La composición de la rosca les impide discutir política porque representan lo más regresivos de la sociedad. En política son impopulares.
Su fuerza es la capacidad de destrucción a partir de operaciones mediáticas en las que cada uno de los miembros de esa rosca juega un rol estratégico: los servicios montan la operación, los grandes medios la amplifican y los jueces la llevan a tribunales, todo esos movimientos requieren además un fuerte soporte de capital para pasear a jueces y periodistas por Miami, engordarles los bolsillos, quebrar voluntades y comprar falsos testigos.
Derecha política, corporaciones económicas, corporaciones mediáticas, gran parte de la justicia y de los servicios de inteligencia que siempre trabajan para el mismo patrón más allá de los gobiernos de turno. La composición de la rosca les impide discutir política porque representan lo más regresivos de la sociedad. En política son impopulares.
Su fuerza es la capacidad de destrucción a partir de operaciones mediáticas en las que cada uno de los miembros de esa rosca juega un rol estratégico: los servicios montan la operación, los grandes medios la amplifican y los jueces la llevan a tribunales, todo esos movimientos requieren además un fuerte soporte de capital para pasear a jueces y periodistas por Miami, engordarles los bolsillos, quebrar voluntades y comprar falsos testigos.