Casi todos los que militábamos en la CTD [Coordinadora de Trabajadores Desocupados] Anibal Verón lo conocíamos a Darío. A Maxi, lo conocían muy pocos. Lo asesinaron la primera vez que participaba de una movilización.
Por esas casualidades de la vida había conocido a su mamá, Mabel Ruiz, que levantó la bandera de Justicia por la masacre de Avellaneda hasta su fallecimiento en setiembre de 2003.
Ella participaba en una organización social creada a fines de los 90 que se llamaba Autoconvocados de Glew. Su trabajo era aportar a la Biblioteca de Ciegos, que era una iniciativa que sostenían algunas mamás que leían libros para ser grabados en cassetes, para que los chicos que habían perdido la vista pudieran disfrutarlos.
El recorrido de Autoconvocados de Glew que años después se convirtió en el MTD Anibal Verón de Glew, fue muy parecido al de muchas pequeñas organizaciones territoriales del conurbano bonaerense que entre 1997 y 2002 mutaron convirtiéndose en organizaciones piqueteras.
Después de muchos años de lucha se consiguió que los ejecutores materiales del asesinato de Kosteki y Santillán fueran condenados a cadena perpetua. Sus responsables políticos quedaron impunes.
Uno de ellos, Eduardo Duhalde, se pasea frecuentemente por los estudios de televisión, siendo presentado como un experto timonel en tiempos difíciles. Otro de los más notorios, Felipe Solá, es el actual Canciller de la República - Leer texto completo