Pese a los signos débiles de recuperación, la economía griega sigue en terreno negativo y su principal problema es la deuda pública y privada (que gira alrededor del 180% del Pib), deudas tan grandes que resultan impagables e impiden que el país crezca de manera equilibrada y obliga a los griegos a sobrevivir bajo el estancamiento, deflación, alto desempleo y pobreza