[...] Pero aun así los síntomas de la decadencia de su poderío en la escena global son inocultables. De lo cual se desprenden dos conclusiones: primero, que estas fases de debilitamiento de los imperios y transiciones geopolíticas siempre estuvieron signadas por grandes conflictos armados. Ojalá que este caso sea la excepción a esa regularidad histórica.
Segundo, que las crecientes dificultades con que tropieza Washington lo impulsarán a redoblar sus esfuerzos para controlar a los países al sur del Río Bravo, tal como lo hiciera en los años setenta del siglo pasado cuando la inminente derrota en la península indochina hizo que Estados Unidos patrocinara la consolidación de las feroces dictaduras que asolaron la región durante más de una década.
Otra vez, ojalá que ahora las cosas ocurran de otro modo, aunque las presiones desestabilizadoras de Washington sobre diversos gobiernos del área -principal pero no exclusivamente a Venezuela- no permiten abrigar demasiadas esperanzas - texto completo
Segundo, que las crecientes dificultades con que tropieza Washington lo impulsarán a redoblar sus esfuerzos para controlar a los países al sur del Río Bravo, tal como lo hiciera en los años setenta del siglo pasado cuando la inminente derrota en la península indochina hizo que Estados Unidos patrocinara la consolidación de las feroces dictaduras que asolaron la región durante más de una década.
Otra vez, ojalá que ahora las cosas ocurran de otro modo, aunque las presiones desestabilizadoras de Washington sobre diversos gobiernos del área -principal pero no exclusivamente a Venezuela- no permiten abrigar demasiadas esperanzas - texto completo