En Perú, organizaciones no gubernamentales, estudiantes e instituciones federales buscan revertir la alarmante contaminación de sus aguas, cuya calidad se ha visto alterada por las actividades de la población y de la industria, que vierten sus aguas residuales y desperdicios sólidos a los ríos y los mares.
El río Rímac, la principal fuente de suministro de agua para la población de Lima y que abastece a 10 millones de ciudadanos, recibe desde su naciente hasta su desembocadura en el mar cientos de descargas de aguas residuales, mayoritariamente domésticas y, en menos proporción, industriales y mineras.
Para combatir la contaminación en este río, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) promovió un plan de 10 años, que cuenta con la participación del Gobierno de Corea del Sur y cuyo presupuesto es de varios centenares de millones de dólares. Juan Carlos Castro, el director de la ANA, comenta que ese proyecto "tiene que ser el ejemplo a seguir" en todas cuencas del país
El río Rímac, la principal fuente de suministro de agua para la población de Lima y que abastece a 10 millones de ciudadanos, recibe desde su naciente hasta su desembocadura en el mar cientos de descargas de aguas residuales, mayoritariamente domésticas y, en menos proporción, industriales y mineras.
Para combatir la contaminación en este río, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) promovió un plan de 10 años, que cuenta con la participación del Gobierno de Corea del Sur y cuyo presupuesto es de varios centenares de millones de dólares. Juan Carlos Castro, el director de la ANA, comenta que ese proyecto "tiene que ser el ejemplo a seguir" en todas cuencas del país