jueves, 9 de febrero de 2017

Ecuador - “Vamos a romper con la tendencia de reveses electorales en la región”

x Pablo Solana y Gerardo Szalkowicz - Entrevista con Guillaume Long, canciller ecuatoriano. Se puede salir de las crisis con medidas de crecimiento endógeno, con redistribución, sin políticas neoliberales

A poco menos de un mes de las elecciones presidenciales en Ecuador, el canciller Guillaume Long se muestra confiado en un triunfo que garantice la continuidad de la “Revolución Ciudadana” y además signifique un reimpulso para las fuerzas progresistas de América Latina.

En esta entrevista, también se refiere al diálogo de paz entre el gobierno colombiano y el ELN –del que Ecuador es anfitrión y garante-, a las políticas extractivistas y explica por qué el cambio de escenario político que atraviesa la región no significa una vuelta al neoliberalismo de décadas pasadas.


– En un artículo reciente (http://lahaine.org/fD6E), el sociólogo Atilio Boron analiza que un triunfo de Alianza PAIS podría significar un reimpulso, una contraofensiva del espacio progresista en América Latina. ¿Siente que el proceso ecuatoriano puede jugar ese rol en este momento tan complejo para la región?

– Creo que sí, es fundamental para el Ecuador y también para las fuerzas progresistas de América Latina que tengamos un triunfo, y un triunfo contundente, el 19 de febrero. Ya necesitamos una buena victoria electoral en la región. Es fundamental y creo que el Ecuador va a estar a la altura de este reto.

Creo que vamos a ganar y que vamos a romper con la tendencia de reveses electorales en la región de los últimos años. Ahora, no se trata sólo de ganar la presidencia, también hay que tener un resultado favorable en la Asamblea Nacional. Hemos visto en Brasil y en Venezuela lo peligroso que es tener un gobierno progresista con un espacio legislativo en contra, que incluso juega a la desestabilización. Entonces, tenemos el reto también de ganar a nivel parlamentario.

Venimos de enfrentar una situación muy compleja, que ha sido muy poco cubierta a nivel internacional: los años 2015 y 2016 para el Ecuador fueron dramáticos, tuvimos la mayor reducción de exportaciones desde 1949, la caída de los precios del petróleo, la apreciación del dólar (somos una economía dolarizada y eso nos resta competitividad), tuvimos los embates de la naturaleza, el volcán Cotopaxi, un mini fenómeno de El Niño y, por supuesto, la desgracia de abril del año pasado.

El terremoto -más allá de lo terrible de la tragedia en cuanto a las pérdidas humanas- también tuvo un costo económico: 3.5% de nuestro PIB en reconstrucción. Y a pesar de todo esto, casi ni se sintió, claro que se estancó un poco la economía pero pasamos de manera brillante estos dos años gracias a las medidas contracíclicas.

Entonces no se trata sólo de un triunfo electoral sino del ejemplo de que se puede salir de las crisis con medidas de crecimiento endógeno, con redistribución, porque no aplicamos políticas neoliberales en 2015 y 2016 sino todo lo contrario, ahondamos el modelo progresista de desarrollo que adoptamos desde 2007. Y fue con ese modelo progresista que logramos salir de la crisis.

Entonces es demostrar que no sólo en los momentos con altos precios de los commodities sino que en los momentos difíciles también sirve más un gobierno progresista en el manejo de la economía que un gobierno neoliberal.

– El proceso electoral también incluye la novedosa iniciativa del referendo que busca prohibir que los funcionarios públicos y de elección popular tengan bienes en paraísos fiscales, un debate que además el Ecuador impulsará desde la presidencia del G77+China. ¿Cuál es el objetivo central de la propuesta y cómo cree que será recibida en el mundo teniendo en cuenta los intereses que hay en juego?

– El referéndum es fundamental para nosotros, es una pregunta sobre el tipo de sociedad en que queremos vivir, y por lo tanto casi un tema civilizatorio. Incluso más allá de la continuidad del proyecto político, nos interesa que esa pregunta sea respondida de forma acertada. Tiene que ver con todo el tema de la economía financiera especulativa, de la evasión tributaria, de cómo las mafias y nuestras oligarquías esconden su dinero en paraísos fiscales.

Ecuador es un líder global en la batalla contra los paraísos fiscales y por una economía global más justa. Desde 2007 el presidente Correa ha sido un vocero importante de un cambio en la arquitectura financiera y económica global, y siempre ha hablado en contra de los paraísos fiscales.

Pero creo que hemos sabido aprovechar la coyuntura de 2016, todo el coletazo de los “Panamá Papers” y el escándalo mundial que de repente colocó el tema en primera plana. Hemos sabido aprovechar esa coyuntura para volver a colocar fuertemente el tema en la agenda nacional y mundial.

En la agenda nacional, el presidente anunció un referéndum emblemático, que ojalá sea un ejemplo para el resto de los gobiernos de aquí a muchísimos años, el atreverse a preguntar al pueblo “¿están de acuerdo que sus servidores públicos sean verdaderos servidores públicos y no saquen el dinero del país a escondidas, sin pagar impuestos?”

Un político que dice que va a ser un gran patriota pero como empresario tiene todo su dinero escondido afuera sin pagar impuestos es una paradoja vergonzosa, una contradicción irreconciliable.

Entonces la idea es también llevar ese mensaje al mundo, tratar de aprovechar este creciente consenso de que los paraísos fiscales son una lacra, una vergüenza. La evasión tributaria evidentemente impide el desarrollo. Nosotros calculamos que en Ecuador un monto cercano al 30% del PIB, es decir 30 mil millones de dólares, estaría escondido en paraísos fiscales. Esa es la gran lucha: en América Latina si nuestras elites pagaran sus impuestos, cerca de 32 millones de personas podrían salir de... texto completo