x Alexander Main y Dan Beeton -- Los cables de Wikileaks muestran cómo el estado imperial estadounidense ve al mundo y cómo responde ante lo que percibe como amenazas a sus intereses
A partir de los años ochenta, América Latina empezó a rebelarse y a levantarse contra las políticas neoliberales. Primero, la rebelión fue sobre todo espontánea y desorganizada –como en el caso del “Caracazo” en Venezuela, a principios de 1989.
Pero, más tarde, candidatos políticos anti-neoliberales empezaron a ganar elecciones y –para consternación del establishment de la política de exteriores estadounidense– un número creciente de ellos se mantuvo fiel a sus promesas electorales y empezó a implementar medidas contra la pobreza y políticas heterodoxas que reafirmaron el papel del Estado en la economía.
Entre 1998 y 2008, candidatos de izquierda –opuestos, en grados diversos, al neoliberalismo y a la hegemonía de EEUU– ganaron elecciones presidenciales en Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Honduras, Ecuador, Nicaragua y Paraguay.
Buena parte de la historia de los esfuerzos de los gobiernos estadounidenses para contener y hacer retroceder esta corriente anti-neoliberal puede encontrarse en las decenas de miles de cables diplomáticos filtrados por WikiLeaks desde las misiones diplomáticas de Estados Unidos en la región, entre principios de los años 2000 y 2010 -
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