[autor / lahaine.org] - El presente artículo forma parte del libro (inédito): La comunidad (auto)organizada. Notas para repensar una política popular, de Miguel Mazzeo.
El poder que se disputa en el contexto de la objetividad social y
política impuesta por las clases dominantes e instituida por el Estado,
no debería ser denominado “real”. Es un exceso retórico. Es un error
teórico.
La izquierda que considera este contexto degradado como el
entorno privilegiado de su intervención no debería llamarse izquierda.
¿Cuán real puede ser un poder disputado en el espacio material y
simbólico dispuesto y administrado por el amo?
¿Cuán real puede ser un
poder disputado por individuos aislados, por personas incompletas, por
ciudadanos abstractos, por seres opacos y desubjetivados?
Se trata, lisa
y llanamente, del fetichismo del poder. La negación misma de la
autorepresentación genuina y democrática del pueblo - Leer texto completo [PDF]