[RBTH / elcomunista.net] - Cuando de bregar con epidemias mortales,
los soviéticos no se andaban con medias tintas. No sólo los médicos,
sino también la policía, el ejército, la marina e incluso la KGB eran
reclutados para frenar su propagación.
Peste - En 1939, el microbiólogo Abram Berlín
llevó una peligrosa enfermedad a Moscú desde Sarátov. Allí en Sarátov,
durante unos experimentos con animales, usó el agente vivo causante de
la esta enfermedad, y fue estrictamente confinado en cuarentena.
Sin embargo, una llamada urgente de
Moscú le obligó a viajar inmediatamente a la capital, desatando la
plaga. Berlín se registró en el Hotel Nacional, cenó allí y visitó una
peluquería.
Sintiéndose muy enfermo, el paciente
cero fue hospitalizado bajo el diagnóstico erróneo de neumonía crupal.
El mérito de haber detectado la epidemia a tiempo es de Simón Gorelik,
médico del 1er. Instituto Médico de Moscú.
Habiendo identificado la peste pulmonar
en el paciente, Gorelik informó inmediatamente del peligro a sus
superiores y se aisló tanto a sí mismo como a Berlín.
Sabía que ambos
estaban condenados a muerte, ya que la peste era incurable en aquellos
días - Leer texto + fotos