[Sputnik / elcomunista.net] - Tras tres años de encarnizadas batallas
sobre el suelo de Corea, los cazas soviéticos MiG-15 eran un hueso duro
de roer.
Tanto fue así que el país norteamericano se decidió a lanzar un
ambicioso plan: convencer a pilotos chinos, soviéticos y norcoreanos de
cederles sus aviones a cambio de libertad, buenas condiciones de vida
y… mucho dinero.
En 1953, el Pentágono, tras tres años de
pérdidas consecutivas de sus aviones F-86 Sabre, se aventuró a poner en
marcha la conocida como operación Moolah (pasta, en inglés).
La idea era que los pilotos de Corea del
Norte, China y la URSS, a ojos de EEUU, estaban esclavizados por
regímenes totalitarios, pobres y soñaban con una vida mejor.
Según el
cálculo de los estadounidenses, prometerles libertad, protección y
dinero era una apuesta segura para que estos se pasaran a su bando y
trajeran consigo la deseada aeronave.
Inicialmente, la operación fue preparada
en secreto y debía transcurrir sin que el entonces presidente Dwight
Eisenhower descubriera unas acciones que, según él consideraba, podían
socavar el prestigio de EEUU por recurrir a un método como el descrito.
Sin embargo, cuatro días después de que el plan fuera aprobado por el
Pentágono, The Washington Post publicó el titular El General Mark Clarke
ofrece 100.000 dólares por un avión de combate soviético - Leer texto completo