[Sputnik / elcomunista.net] - La expulsión de Donald Trump de Facebook y Twitter, criticada como «problemática» por la canciller alemana, Angela Merkel, ha reabierto un interesante debate sobre el poder y el alcance de estas redes sociales globales convertidas en un preocupante oligopolio tecnológico y digital.
Por Francisco Herranz* - Retirarle al presidente de Estados Unidos el potentísimo ‘megáfono’ que suponían ambas marcas ha sido toda una noticia bomba que ha supuesto el final del primer acto del trumpismo.
Ocurrió el 8 de enero y a consecuencia de dos tuits que, vistos de forma aislada, resultaban bastante inocuos, teniendo en cuenta el grado de provocación y falsedad que destilaban los comentarios de Trump de un tiempo a esta parte.
La empresa del pajarito azul que pía justificó su dura decisión argumentando que el acceso del jefe del Estado a su cuenta personal podía incitar aún más la violencia, después de la marcha al Capitolio del 6 de enero, incitada por él, que terminó degenerando en un asalto en el que murieron cinco personas.
Además de defenestrar a Trump, Twitter también prohibió las cuentas del exconsejero presidencial Michael Flynn y de la abogada Sidney Powell, dos de sus más estrechos simpatizantes.
Así mismo, fueron vetadas 70.000 cuentas dedicadas a QAnon, una enloquecida pero resistente teoría conspirativa que sostiene que Estados Unidos está dirigida por una cábala de pedófilos satánicos.
Todas estas suspensiones representan las acciones más drásticas que estas empresas de redes sociales han tomado hasta ahora para hacer cumplir sus reglas sobre lo que se puede y no se puede decir en sus plataformas digitales, que tienen millones de usuarios y manejan miles de millones de mensajes al día - Leer texto completo + vídeo