Por Tomás Forster – Nodal Cultura - El 24 de abril de 2016, Pablo Montoya se encontraba en Argentina... autor de la novela Tríptico de la Infamia y nuevo ganador del Premio Rómulo Gallegos
[...] Mientras otros países latinoamericanos abrieron sus fronteras a los inmigrantes europeos en la segunda mitad del siglo 19, Colombia las cerró completamente porque la dirigió durante muchos años una constitución conservadora ultra católica que no quería recibir inmigrantes porque veían que por ahí se les metía el socialismo, el comunismo, el progreso anticlerical.
Entonces esa desconfianza ante el extranjero fue un motivo muy importante de la intolerancia y violencia que afectó y afecta al país.
También la religión católica estuvo relacionada con la violencia, si bien es cierto que ha sido muy solidaria con las víctimas en algunos casos, no se puede soslayar que algunos miembros de la institución católica insuflaron los enfrentamientos, como los curas bendiciendo fusiles o bendiciendo batallones que iban a matar guerrilleros en la época de la violencia partidista.
Todo esto hizo que nuestro país, literariamente hablando, haya estado tan cerrado a los elementos más dinamizadores e interesantes que pudieran llegar desde afuera. Ahora, con las nuevas generaciones, se promueve más este contacto sin prejuicios entre lo interno y lo externo. En mi caso, formo parte de estos escritores que promueven lo extraterritorial [...] - texto completo
[...] Mientras otros países latinoamericanos abrieron sus fronteras a los inmigrantes europeos en la segunda mitad del siglo 19, Colombia las cerró completamente porque la dirigió durante muchos años una constitución conservadora ultra católica que no quería recibir inmigrantes porque veían que por ahí se les metía el socialismo, el comunismo, el progreso anticlerical.
Entonces esa desconfianza ante el extranjero fue un motivo muy importante de la intolerancia y violencia que afectó y afecta al país.
También la religión católica estuvo relacionada con la violencia, si bien es cierto que ha sido muy solidaria con las víctimas en algunos casos, no se puede soslayar que algunos miembros de la institución católica insuflaron los enfrentamientos, como los curas bendiciendo fusiles o bendiciendo batallones que iban a matar guerrilleros en la época de la violencia partidista.
Todo esto hizo que nuestro país, literariamente hablando, haya estado tan cerrado a los elementos más dinamizadores e interesantes que pudieran llegar desde afuera. Ahora, con las nuevas generaciones, se promueve más este contacto sin prejuicios entre lo interno y lo externo. En mi caso, formo parte de estos escritores que promueven lo extraterritorial [...] - texto completo