por William Ospina - No es un favor que nos hacen: es su deber con un pueblo que ha padecido demasiado. Pero lo que enseguida tengo que decir es que quienes voten por el No, no son mis enemigos. Tienen todo el derecho a hacerlo si no les gusta el acuerdo a que han llegado el gobierno y la guerrilla.
A mí tampoco me gusta, pero probablemente por razones muy distintas.
Hay algunos que piensan que ese acuerdo es malo porque concedió demasiado, porque cambió muchas cosas; yo pienso que es malo porque concedió muy poco y porque no cambió nada.
No pertenezco al bando de los grandes dueños de la tierra, que ven como una amenaza, en un país de 30 millones de hectáreas productivas, un fondo (harto improbable) de tres millones de hectáreas para los campesinos.
Al contrario, creo que para cambiar la situación del campo colombiano se requieren diez millones de hectáreas, pero no distribuidas en una irreal solución agrarista, sino dedicadas a la modernización del campo, teniendo a los campesinos como principales protagonistas - texto completo
A mí tampoco me gusta, pero probablemente por razones muy distintas.
Hay algunos que piensan que ese acuerdo es malo porque concedió demasiado, porque cambió muchas cosas; yo pienso que es malo porque concedió muy poco y porque no cambió nada.
No pertenezco al bando de los grandes dueños de la tierra, que ven como una amenaza, en un país de 30 millones de hectáreas productivas, un fondo (harto improbable) de tres millones de hectáreas para los campesinos.
Al contrario, creo que para cambiar la situación del campo colombiano se requieren diez millones de hectáreas, pero no distribuidas en una irreal solución agrarista, sino dedicadas a la modernización del campo, teniendo a los campesinos como principales protagonistas - texto completo