x Telma Luzzani [Página 12 / lahaine.org] - El 21 de enero, mientras se desarrollaba la cumbre antiterrorista, cientos de miles de colombianos se volcaron a las calles de todo el país
El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, lideró una Conferencia
Contra el Terrorismo, en Bogotá, que debería encendernos todas las
alarmas. No es un error decir que fue el canciller norteamericano y no
el presidente colombiano Iván Duque quien comandó esa reunión.
Pompeo, ex director de la CIA, halcón republicano y duro entre los
duros, usó la cumbre del 20 al 23 de enero para enviar varios mensajes
preocupantes.
En pocas horas, confirmó el asesinato alevoso contra el
general iraní Suleimaní; anunció “que está en marcha la estrategia para
que Maduro se vaya” (o sea, un golpe de Estado contra el presidente
elegido democráticamente por los venezolanos); conversó con la canciller
golpista de Bolivia, Karen Longaric, sobre la colaboración
norteamericana en las próximas elecciones del 3 de mayo (¿¡!?)
y se
privó de hacer cualquier alusión a las ejecuciones de defensores de los
DDHH que por aquellas horas se sucedían en Colombia. Sólo en lo que va
del 2020 hubo 21 homicidios contra de líderes y liderezas sociales
colombianos, un promedio de uno por día, según el Instituto de Estudios
para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
El 21 de enero, mientras se desarrollaba la cumbre antiterrorista,
cientos de miles de colombianos se volcaron a las calles de todo el país
–en multitudinarias marchas que ellos llaman “paros nacionales”- para
denunciar las acciones paramilitares y los asesinatos políticos entre
otros reclamos.
En este marco, ¿puede ser Colombia sede de un encuentro
en defensa de los derechos humanos y por la seguridad? - Leer texto completo