[RBTH / elcomunista.net] - El 27 de enero de 1945 el Ejército Rojo
bajo el mando del mariscal Konev liberó el campo de concentración más
grande del Tercer Reich.
En la segunda mitad del día entramos al
territorio del campo, atravesamos las puertas principales, donde estaba
la lema, Arbeit macht frei (“El trabajo os hace libres”) hecho de
alambre. Era imposible entrar a los barracones sin una mascarilla. En
las literas estaban apilados los cadáveres.
A veces por debajo de las
camas se asomaban esqueletos de personas medio vivas que juraban que no
eran judíos. Nadie podía creer en que la liberación era posible.
En ese momento en el campo había
alrededor de 7.000 reclusos. Entre ellos estaba el prisionero nº 74233,
del que se desconoce su nombre:
De repente vi siluetas vestidas de
blanco y gris cerca del campo. Eran alrededor de las cinco de la tarde.
Primero pensamos que eran los presos que estaban regresando. Salí para
ver quién era.
Nos sentimos tan felices al ver que eran los soviéticos.
Hubo entonces un sinfín de saludos y besos. Nos decían que nos fuéramos,
porque aún no se sabía dónde estaba el enemigo. Dimos algunos pasos y
regresamos - Leer texto completo