[Sputnik] - La propuesta del expresidente Morales de
organizar milicias armadas en Bolivia encendió la euforia de sus
seguidores. Planteó una fórmula legal, con base en tradiciones
indígenas. Pero un partido pidió su expulsión de Argentina y a los pocos
días el exmandatario se retractó. ¿Capitulación ideológica o repliegue
estratégico?
Por Claudio Fabián Guevara* - Evo Morales andaba somnoliento, soñando
con su modelo de desarrollo económico y social para Bolivia, cuando le
creyó al general Williams Kaliman, quien ya estaba comprometido en
realizar un golpe de Estado y su hipócrita declaración de militar
antimperialista y partidaria de la emancipación del continente.
Evo cerró los ojos el día que los grupos
paramilitares empezaron a tomar las calles ante la pasividad de la
Policía y el Ejército se negó a brindarle protección a la gente bajo el
falaz argumento de «no reprimir al propio pueblo».
Le fallaron los
reflejos ante la evidencia de que las fuerzas de seguridad estaban
infiltradas por enemigos de la nación y no se decidió descabezarlas de
un golpe, buscar elementos leales y armar a la ciudadanía para organizar
la defensa del país - Leer texto + vídeos y fotos