[RBTH / elcomunista.net] - Su trabajo era fusilar a niños y civiles
capturados por los nazis. Después de la guerra, se las arregló para
vivir tranquilamente en la Unión Soviética durante más de tres décadas,
gozando de la fama de una respetada veterana de guerra.
“Era mi trabajo”, explicó Antonina
Makárova tranquilamente al investigador de la KGB, mientras detallaba
cómo ametrallaba ciudadanos soviéticos durante la Segunda Guerra
Mundial. Según varias fuentes, la lista de asesinatos de esta verdugo,
una de las más brutales de la historia, oscilo entre las 168 y las 1.500
personas.
Makárova, mejor conocida como “Tonia, la
chica de la ametralladora”, no siempre fue una asesina. Antes de
colaborar con los nazis, hacía exactamente lo contrario: trabajar como
enfermera en el Ejército Rojo, como voluntaria en el servicio de primera
línea.
Pero su estancia allí no duró mucho
tiempo. En el otoño de 1941, alrededor de 600.000 soldados soviéticos
fueron rodeados por el enemigo en la “bolsa de Viazma”, y entre ellos
estaba Antonina, de 21 años - Leer texto completo