x Carlos Fazio -- Por lo general, detrás de los grupos terroristas no gubernamentales se esconden estados que los financian. El autodenominado Estado Islámico no es la excepción
Duele París. Como duelen las miles de víctimas de las matanzas indiscriminadas y los ataques directos, encubiertos o de falsa bandera de gobiernos, grupos terroristas, paramilitares y ejércitos privados de mercenarios en Beirut (Líbano); Ankara (Turquía); Rabaa, Nahda, el Sinaí (Egipto); Mosul (Irak); Raqqa, Alepo, Homs, Palmira, al-Shuaytat, Deir-ez-Zor (Siria); Bamako (Malí); Gaza y Cisjordania y un largo etcétera, Iguala incluido.
Duelen todas las víctimas de la barbarie homicida, los fanatismos apocalípticos y los baños de sangre de la violencia de Estado o al por mayor (según la ya añeja clasificación de Noam Chomsky y Edward Herman de 1979), siempre mucho más extensa tanto en escala como en poder destructivo y letal, que la violencia al por menor −o terrorismo desde abajo− de grupos no estatales que se oponen al orden establecido.
Existe mucha hipocresía en Occidente. Amén del maniqueísmo, la doble moral y la praxis mediática mentirosa y xenófoba de la coyuntura, la horrorosa carnicería de París no tiene vínculos con el islam y un eventual choque de civilizaciones. Más bien huele a hidrocarburos.
Tiene que ver con oleoductos y gasoductos. Y también con la industria armamentista. Responde a reacomodos geopolíticos y geoestratégicos de las grandes potencias capitalistas y a los intereses de corporaciones económico-financieras trasnacionales en la actual fase de acumulación neocolonial por desposesión o despojo - texto completo
Duele París. Como duelen las miles de víctimas de las matanzas indiscriminadas y los ataques directos, encubiertos o de falsa bandera de gobiernos, grupos terroristas, paramilitares y ejércitos privados de mercenarios en Beirut (Líbano); Ankara (Turquía); Rabaa, Nahda, el Sinaí (Egipto); Mosul (Irak); Raqqa, Alepo, Homs, Palmira, al-Shuaytat, Deir-ez-Zor (Siria); Bamako (Malí); Gaza y Cisjordania y un largo etcétera, Iguala incluido.
Duelen todas las víctimas de la barbarie homicida, los fanatismos apocalípticos y los baños de sangre de la violencia de Estado o al por mayor (según la ya añeja clasificación de Noam Chomsky y Edward Herman de 1979), siempre mucho más extensa tanto en escala como en poder destructivo y letal, que la violencia al por menor −o terrorismo desde abajo− de grupos no estatales que se oponen al orden establecido.
Existe mucha hipocresía en Occidente. Amén del maniqueísmo, la doble moral y la praxis mediática mentirosa y xenófoba de la coyuntura, la horrorosa carnicería de París no tiene vínculos con el islam y un eventual choque de civilizaciones. Más bien huele a hidrocarburos.
Tiene que ver con oleoductos y gasoductos. Y también con la industria armamentista. Responde a reacomodos geopolíticos y geoestratégicos de las grandes potencias capitalistas y a los intereses de corporaciones económico-financieras trasnacionales en la actual fase de acumulación neocolonial por desposesión o despojo - texto completo