x Manuel Cabieses D - Han transcurrido 43 años desde el asesinato del presidente Salvador Allende en La Moneda bombardeada y en llamas
Tiempo más que suficiente para apreciar en toda su magnitud la tragedia que desató en Chile la traición de las fuerzas armadas en cumplimiento de su tradicional papel de escuderos de la oligarquía.
El recuerdo de ese hecho histórico se hace especialmente necesario en la crisis que hoy vive el país y cuyo principal ingrediente es precisamente el factor ético.
Inspirarse en la lección de Allende de lealtad a los principios en esa hora suprema, ayudará a la futura Izquierda chilena a recomponer el ideario que permite las grandes hazañas de los pueblos.
La lección de Allende -rubricada por el heroísmo de enfrentar el golpe militar con un puñado de valerosos combatientes- ha sido relegada al olvido por muchos que se proclamaban sus “seguidores” y “herederos”. La Izquierda institucionalizada desempolva cada tanto el recuerdo de Allende para cumplir un rito que se hace cada vez más formal.
Se sacraliza su nombre, convertido en ícono inofensivo despojado detodo filo revolucionario. En la conducta de esa falsa Izquierda no se rescatan los valores éticos y políticos por los que combatió Allende. El ejemplo másbochornoso lo constituye su propio partido, que hace tiempo abandonó la ideología y los principios originales del PS para hacer suyas las banderas del neoliberalismo.
A través de sus representantes en el gobierno y Parlamento, ese tipo de políticos han gobernado y legislado en beneficio de la billetera de los que derrocaron al presidente Allende y que aplicaron al pueblo un despiadado terrorismo de Estado.
Los cinco gobiernos de la Concertación (hoy reencarnada en Nueva Mayoría) han sido el revés de la medalla del gobierno de Allende y la Unidad Popular. Sería muy injusto, desde luego, reprochar esa actitud a la Democracia Cristiana que no tiene parentesco ideológico ni político con la Izquierda. La DC nació en Europa, acunada por la Iglesia Católica para contener los avances del comunismo.
En Chile, la DC asociada a la derecha participó en la conspiración golpista alimentada por fondos de la CIA. Sería absurdo, por tanto, pedir que los dos gobiernos post dictadura encabezados por la DC reivindicaran la lección del presidente Allende.
Pero los gobiernos de los “socialistas” Lagos y Bachelet, que en nada se diferencian de los de Aylwin y Frei (ni tampoco de Piñera), desnudaron la vergonzosa conversión de antiguos marxistas en diligentes administradores del capitalismo más extremo que existe en el mundo - texto completo
Tiempo más que suficiente para apreciar en toda su magnitud la tragedia que desató en Chile la traición de las fuerzas armadas en cumplimiento de su tradicional papel de escuderos de la oligarquía.
El recuerdo de ese hecho histórico se hace especialmente necesario en la crisis que hoy vive el país y cuyo principal ingrediente es precisamente el factor ético.
Inspirarse en la lección de Allende de lealtad a los principios en esa hora suprema, ayudará a la futura Izquierda chilena a recomponer el ideario que permite las grandes hazañas de los pueblos.
La lección de Allende -rubricada por el heroísmo de enfrentar el golpe militar con un puñado de valerosos combatientes- ha sido relegada al olvido por muchos que se proclamaban sus “seguidores” y “herederos”. La Izquierda institucionalizada desempolva cada tanto el recuerdo de Allende para cumplir un rito que se hace cada vez más formal.
Se sacraliza su nombre, convertido en ícono inofensivo despojado detodo filo revolucionario. En la conducta de esa falsa Izquierda no se rescatan los valores éticos y políticos por los que combatió Allende. El ejemplo másbochornoso lo constituye su propio partido, que hace tiempo abandonó la ideología y los principios originales del PS para hacer suyas las banderas del neoliberalismo.
A través de sus representantes en el gobierno y Parlamento, ese tipo de políticos han gobernado y legislado en beneficio de la billetera de los que derrocaron al presidente Allende y que aplicaron al pueblo un despiadado terrorismo de Estado.
Los cinco gobiernos de la Concertación (hoy reencarnada en Nueva Mayoría) han sido el revés de la medalla del gobierno de Allende y la Unidad Popular. Sería muy injusto, desde luego, reprochar esa actitud a la Democracia Cristiana que no tiene parentesco ideológico ni político con la Izquierda. La DC nació en Europa, acunada por la Iglesia Católica para contener los avances del comunismo.
En Chile, la DC asociada a la derecha participó en la conspiración golpista alimentada por fondos de la CIA. Sería absurdo, por tanto, pedir que los dos gobiernos post dictadura encabezados por la DC reivindicaran la lección del presidente Allende.
Pero los gobiernos de los “socialistas” Lagos y Bachelet, que en nada se diferencian de los de Aylwin y Frei (ni tampoco de Piñera), desnudaron la vergonzosa conversión de antiguos marxistas en diligentes administradores del capitalismo más extremo que existe en el mundo - texto completo