por Martín Granovsky - Cristiano Martins tiene como cliente al presidente más popular de la historia brasileña. Es el mismo a quien hoy los conservadores desean ver preso o, al menos, inhabilitado para presentarse en las elecciones presidenciales de octubre de 2018: Luiz Inácio Lula da Silva.
“Warfare” significa guerra. “Lawfare” es un juego de palabras, porque “law” significa ley. El abogado brasileño Cristiano Martins cuenta una venganza contra sus hijos y explica por qué y cómo Lula es perseguido en una guerra “sin un solo indicio en su contra”.
De paso fugaz por la Argentina, Martins dialogó con este diario [Página/12] y explicó por qué dice que Lula es objeto de persecución.
Las campañas contra Lula parecen avanzar más rápido que las causas contra él. Según la empresa de sondeos Vox Populi el perseguidor penal de Lula, el juez Sergio Moro, aún tiene un respetable 45 por ciento de popularidad, pero había llegado a un pico de 90 por ciento. El juez no pierde oportunidad de hacerse más famoso.
Hasta participó del lanzamiento del libro “Lava Jato: el juez Sergio Moro y los bastidores de la operación que sacudió a Brasil”, en alusión al nombre de la investigación que lleva adelante Moro en paralelo o a menudo de manera subsidiaria a su combate contra Lula.
El autor, Vladimir Neto, de la Red Globo, ya vendió los derechos para una serie de televisión que Netflix pondrá al aire en 2017. El experimentado periodista Elio Gaspari escribió que en el esquema de pensamiento de Moro “hay algo de Savonarola”, el fraile dominico que en el siglo 15, según Maquiavelo, quiso dividir Florencia en dos bandos: “Uno que milita con Dios, el suyo; y otro con el diablo, el de sus adversarios”.
–No hay ninguna prueba capaz de sustentar las acusaciones contra Lula en la Operación Lava Jato –dijo Martins a Página/12 lejos de Florencia y más de cinco siglos después de Savonarola–
No hay ningún indicio contra Lula incluso después de que la Justicia ya investigó al ex presidente, a sus familiares, a sus colaboradores, al Instituto Lula y a la empresa de conferencias LILS.
“Warfare” significa guerra. “Lawfare” es un juego de palabras, porque “law” significa ley. El abogado brasileño Cristiano Martins cuenta una venganza contra sus hijos y explica por qué y cómo Lula es perseguido en una guerra “sin un solo indicio en su contra”.
De paso fugaz por la Argentina, Martins dialogó con este diario [Página/12] y explicó por qué dice que Lula es objeto de persecución.
Las campañas contra Lula parecen avanzar más rápido que las causas contra él. Según la empresa de sondeos Vox Populi el perseguidor penal de Lula, el juez Sergio Moro, aún tiene un respetable 45 por ciento de popularidad, pero había llegado a un pico de 90 por ciento. El juez no pierde oportunidad de hacerse más famoso.
Hasta participó del lanzamiento del libro “Lava Jato: el juez Sergio Moro y los bastidores de la operación que sacudió a Brasil”, en alusión al nombre de la investigación que lleva adelante Moro en paralelo o a menudo de manera subsidiaria a su combate contra Lula.
El autor, Vladimir Neto, de la Red Globo, ya vendió los derechos para una serie de televisión que Netflix pondrá al aire en 2017. El experimentado periodista Elio Gaspari escribió que en el esquema de pensamiento de Moro “hay algo de Savonarola”, el fraile dominico que en el siglo 15, según Maquiavelo, quiso dividir Florencia en dos bandos: “Uno que milita con Dios, el suyo; y otro con el diablo, el de sus adversarios”.
–No hay ninguna prueba capaz de sustentar las acusaciones contra Lula en la Operación Lava Jato –dijo Martins a Página/12 lejos de Florencia y más de cinco siglos después de Savonarola–
No hay ningún indicio contra Lula incluso después de que la Justicia ya investigó al ex presidente, a sus familiares, a sus colaboradores, al Instituto Lula y a la empresa de conferencias LILS.