x Giorgio Agamben [lahain.org] - Las siguientes reflexiones no versan sobre la epidemia, sino sobre la relación que los hombres mantienen con ella
Se trata de reflexionar sobre la facilidad con que toda una sociedad ha aceptado sentirse apestada, aislarse en casa y suspender sus condiciones normales de vida, sus relaciones de trabajo, de amistad, de amor y hasta sus convicciones religiosas y políticas.
¿Por qué no ha habido, como era posible imaginar y como normalmente ocurre en estos casos, protestas y oposiciones?
La hipótesis que me gustaría sugerir es que, de alguna forma, quizá inconscientemente, la peste ya estaba aquí, las condiciones de vida de la gente eran tales que bastó un signo imprevisto para que se revelaran tal y como eran, es decir, intolerables, precisamente como una peste.
Y éste, en cierto sentido, es el único dato positivo que podemos obtener de la situación actual: es posible que, más tarde, la gente comience a preguntarse si el modo en que vivía era justo.
Y aquello sobre lo que también debemos reflexionar es la necesidad de religión que esta situación ha revelado.
El indicio es, en el insistente discurso de los medios, la terminología tomada en préstamo del vocabulario escatológico, que para describir el fenómeno recurre obsesivamente, sobre todo en la prensa estadounidense, a la palabra “apocalipsis” y evoca, muchas veces de forma explícita, el fin del mundo - Leer texto completo
Se trata de reflexionar sobre la facilidad con que toda una sociedad ha aceptado sentirse apestada, aislarse en casa y suspender sus condiciones normales de vida, sus relaciones de trabajo, de amistad, de amor y hasta sus convicciones religiosas y políticas.
¿Por qué no ha habido, como era posible imaginar y como normalmente ocurre en estos casos, protestas y oposiciones?
La hipótesis que me gustaría sugerir es que, de alguna forma, quizá inconscientemente, la peste ya estaba aquí, las condiciones de vida de la gente eran tales que bastó un signo imprevisto para que se revelaran tal y como eran, es decir, intolerables, precisamente como una peste.
Y éste, en cierto sentido, es el único dato positivo que podemos obtener de la situación actual: es posible que, más tarde, la gente comience a preguntarse si el modo en que vivía era justo.
Y aquello sobre lo que también debemos reflexionar es la necesidad de religión que esta situación ha revelado.
El indicio es, en el insistente discurso de los medios, la terminología tomada en préstamo del vocabulario escatológico, que para describir el fenómeno recurre obsesivamente, sobre todo en la prensa estadounidense, a la palabra “apocalipsis” y evoca, muchas veces de forma explícita, el fin del mundo - Leer texto completo