(Sputnik / elcomunista.net) - Rusia no
quiere que los militares estadounidenses se desplieguen en Asia Central,
declaró el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
«The Wall
Street Journal preguntó si a Rusia le gustaría ver soldados
estadounidenses en Asia Central, la respuesta es no ya que tenemos un
espacio de seguridad común», dijo Lavrov en una rueda de prensa.
Recordó que
la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, que incluye a
Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán,
presupone el consentimiento de todos los aliados en cuestiones
relacionadas con el despliegue de fuerzas armadas extranjeras en su
territorio.
El
canciller ruso apuntó que los estadounidenses planeaban después de
abandonar Afganistán desplegar parte de su infraestructura, armamento y
tropas en el territorio de los países vecinos para poder lanzar ataques
contra el territorio afgano desde allí, si Afganistán «se porta mal».
Lavrov
expresó sus dudas de que algún país de Asia Central esté dispuesto a
convertirse en un blanco y albergar a las tropas estadounidenses.
«Si creen
que algún país, ya sea de Asia Central o de cualquier otro lugar, está
interesado en convertirse en un objetivo para que los estadounidenses
implementen sus propias iniciativas, pues dudo mucho que alguien lo
necesite», agregó Lavrov.
Este
24 de agosto, el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de
Representantes de Estados Unidos, Adam Schiff, expresó sus dudas de que
el país pueda terminar la retirada de sus tropas desde Afganistán para
el 31 de agosto.
Además, Lavrov señaló que Rusia está dispuesta a abordar el
desarrollo de la situación en Afganistán en el marco del Consejo de
Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
«El presidente francés [Emmanuel
Macron] en una reciente conversación con el presidente ruso [Vladímir]
Putin, propuso celebrar una reunión de los cinco miembros permanentes
del Consejo de Seguridad para intercambiar opiniones sobre Afganistán.
Estamos listos» para hacerlo, dijo Lavrov.
Lavrov señaló que Moscú mantuvo
contactos con los ministros de Exteriores de los países de la llamada
troika ampliada (Rusia, China, EEUU y Pakistán) y precisó que todos
mostraron su disposición a seguir cooperando para contribuir a la
solución del conflicto afgano.
«Seguimos comprometidos con la tarea
de establecer la paz y la estabilidad en Afganistán, para que este
territorio no represente una amenaza para toda la región», concluyó.
Asimismo, el ministro criticó al alto
representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la
Unión Europea, Josep Borrell, por sus palabras respecto a Rusia en el
contexto de la crisis en Afganistán.
El 19 de agosto, el jefe diplomático
europeo sostuvo que la UE no puede permitir que los chinos y los rusos
tomen el control de la situación en el país centroasiático y sean
patrocinadores de Kabul.
«Si es la forma en la que piensa el
jefe de la política exterior, me dan pena los países miembros obligados a
escuchar esta filosofía y, por lo visto, apoyarla también», dijo
Lavrov.
A juicio del titular, se deben
preocupar no de quién se queda con el control de Afganistán, sino de
cómo los afganos pueden calmar la situación en su país.
Los combatientes del movimiento
talibán (proscrito en Rusia) se hicieron con el control de buena parte
de Afganistán en la primera quincena de agosto, y el día 15 entraron en
Kabul, retomando el poder tras dos décadas de intervención aliada que
llegará a su término a fines de este mes.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, huyó del país y pidió asilo en Emiratos Árabes Unidos.
Los talibanes dejaron claro de entrada
que aspiran a un «traspaso completo» del poder en Afganistán, si bien
anunciaron más tarde la disposición de negociar la creación de «un
gobierno transparente, inclusivo e islámico» -
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