[Sputnik / elcomunista.net] - La pandemia del COVID-19 ha obligado a
los países a imponer estrictas medidas de cuarentena a sus ciudadanos.
El cierre de restaurantes y cafeterías, así como la interrupción de los
servicios de transporte, ha llevado a productores de la industria
alimentaria a desechar sus existencias.
El triste fenómeno ha afectado, en mayor
o menor escala, a numerosos sectores de la industria alimentaria. Desde
los agricultores que producen hortalizas hasta los cerveceros que crean
bebidas artesanales, muchos se han visto obligados a echar sus
productos a la basura.
En el cinturón verde de Sao Paulo,
región responsable de un 25% del suministro nacional de hortalizas de
Brasil, los agricultores han sido obligados a arrojar a la basura la
mayor parte de su producción a principios de abril.
Sus mayores
compradores, los bares y restaurantes, siguen cerrados en la mayoría de
las ciudades del estado brasileño.
Aunque muchos productores han
demostrado un interés en donar los alimentos, debido a la crisis causada
por el COVID-19 no han podido pagar los costes para transportarlos a
quienes lo necesitan, detalló Folha.
En el departamento de Santander, en
Colombia, los campesinos también se han visto obligados a desechar sus
cosechas debido a la baja demanda del consumidor.
Según Blu Radio, «los
cultivadores han perdido miles de toneladas de tomate y lechuga porque
nadie les compra sus productos».
A finales de mayo, los pequeños
productores han incluso denunciado que en la actual coyuntura les
sale más barato desechar ciertos productos frescos que venderlos -
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