(Sputnik / elcomunista.net) - El único oso autóctono de Sudamérica, el frontino, conocido como el oso de anteojos y en peligro de extinción en Venezuela, ahora cuenta con un corredor biológico de 8.000 kilómetros, luego de que el Gobierno declaró como parque nacional al Ramal de Calderas, una zona montañosa ubicada entre los estados Trujillo, Barinas y Mérida (en el oeste).
«Se logra concretar la estrategia de corredores ecológicos de Venezuela presentada en el año 92 por el profesor Edgard Yerena, que planteaba la interconexión protegida, y que es el hábitat del oso frontino.
Finalmente, se decreta el Ramal de Caldera que era el eslabón pendiente (que cuenta con una superficie de más de 500 kilómetros cuadrados con bosques nublados y páramos andinos)», explicó a Sputnik el ecologista Marcos Hidalgo.
El anuncio que hizo el mandatario Nicolás Maduro el 1 de agosto durante una actividad presidencial, se convirtió en un motivo de gran celebración para los ecologistas del país, pues detrás hay un esfuerzo de expertos que buscaban desde hace más de 30 años la creación de este corredor.
«Esta es la tercera vez que se intentaba en 30 años, una fue entre 1992 y 1995, la otra en 2010, y mi tesis de postgrado que fue a partir de 2015, y que finalmente se materializó en una propuesta (…) que llegó al visto bueno del presidente del antiguo Inparques (Instituto Nacional de Parques) Josué Lorca (ahora ministro de Ecosocialismo)», añadió Hidalgo.
Este espacio reseñado por el profesor de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar, Edgar Yerena, en su libro Corredores Ecológicos de Los Andes de Venezuela, cuenta con casi 8.000 kilómetros cuadrados, y permite controlar la deforestación que ha conllevado a la degradación de los ecosistemas, ocasionando pérdidas importantes de la biodiversidad.
Esta protección del Ramal de Calderas, ahora denominado Parque Nacional José Gregorio Hernández, une la línea recta en la que están también los parques: Guaramacal (215 km2), Sierra Nevada (2764 Km2), Sierra de la Culata (2004 km2), Tapo Caparo (2050 km2), todo en el oeste de Venezuela.
«Es una línea recta, un territorio muy importante para la conservación de los osos en Venezuela. Es un gran paso del país para proteger lo que es una especie en peligro de extinción», indicó el ecologista - Leer màs