Una nueva investigación muestra que esta hormona, relacionada con la
lactancia y el embarazo, también interviene en el desarrollo de
sobrepeso.
En las últimas décadas la obesidad y el sobrepeso han cobrado un lugar
relevante en las políticas sanitarias de la mayoría de los países. Según
la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1980 se ha duplicado la
tasa de obesidad en todo el mundo, mientras que en Argentina los datos
de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) muestran que el 29 por ciento de los adultos son
obesos
Damasia Becu-Villalobos, investigadora principal del CONICET en el
Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-FIBYME) y
coordinadora del estudio, explica que hasta ahora se postulaba que el
neurotransmisor dopamina regulaba los mecanismos de ingesta al unirse a
su receptor D2R. Sin embargo, al bloquear ese receptor en todo el
organismo, no se observaban efectos significativos.
“Decidimos entonces bloquear el receptor solamente en las células de la
hipófisis que producen prolactina, llamadas lactotropos”, dice. Esto
llevó a un aumento crónico de PRL, porque la dopamina al unirse al D2R
de estas células inhibe la liberación de prolactina. Como resultado, al
aumentar los niveles en sangre de esta hormona, las hembras transgénicas
de los animales de experimentación comenzaron a comer en exceso, lo que
llevó a un incremento de peso y de tejido adiposo.
“Se vio que los niveles altos de prolactina conducían a un aumento de a
expresión de neuropétido Y – una molécula asociada a diferentes procesos
neurológicos -, y la hipótesis es que esa molécula media el incremento
de la ingesta de alimentos en respuesta a la prolactina a nivel del
sistema nervioso central”, señala Becu-Villalobos.
El equipo trabajó con un ratón desarrollado especialmente para este
estudio por Marcelo Rubinstein, investigador superior del CONICET en el
Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular
(INGEBI, CONICET-UBA). A través de procesos de ingeniería genética, a
estos ratones les falta el receptor de dopamina D2R en los lactotropos y
en consecuencia los niveles de prolactina sérica están elevados.
Los investigadores observaron que en estos ratones la ausencia de D2R en
los lactotropos lleva al aumento de los depósitos de tejido adiposo, de
los niveles plasmáticos de lípidos y a la disminución de los genes
asociados a la degradación de lípidos. Además, se observa hígado graso y
un incremento de peso del 24 por ciento en comparación con los ratones
normales.
Según Guillermina Luque, becaria doctoral del CONICET en el IBYME,
“estas alteraciones podrían estar relacionadas con el aumento de la
ingesta y el desarrollo de una resistencia a la insulina”, y agrega que
los animales presentaban además intolerancia a la glucosa y deficiencia
en la liberación pancreática de insulina. Esos mecanismos desencadenados
a nivel del sistema nervioso central podrían estar asociados a la
elevación de los niveles de neuropéptido Y, que sería el mediador de los
efectos de la hiperprolactinemia.
Por otra parte, los resultados de este trabajo ayudan a echar luz sobre
otro punto: el aumento de peso observado en pacientes que toman drogas
antipsicóticas, que tienen en su mayoría un componente de bloqueo de la
transmisión dopaminérgica.
“La inhibición crónica del circuito de la dopamina, como ocurre en los
tratamientos prolongados con estas medicaciones”, señalan los autores,
“también aumenta los niveles circulantes de prolactina, lo que puede
modificar la ingesta y el depósito de grasas en este grupo de
pacientes”.
Ciencia argentina
Para este estudio fue clave el ratón mutante específico desarrollado por
el equipo de Marcelo Rubinstein en colaboración con el grupo de
Becú-Villalobos, ya que permitió estudiar en profundidad los efectos de
la falta del receptor de dopamina en los lactotropos. Este animal,
llamado lacDrd2KO, fue desarrollado por primera vez en Argentina por
científicos del CONICET.
“Este mutante tejido específico permitió disecar el efecto puro de la
prolactina sobre la ingesta, y ganancia de peso”, concluye
Becu-Villalobos.
Este estudio, publicado en Endocrinology, fue destacado por los editores
en la sección News and Views de la revista por la importancia de los
mecanismos patofisiológicos descriptos y sus consideraciones
terapéuticas.
Sobre la investigación:
Maria Inés Perez Millan. Universidad de Michigan, Estados Unidos.
Guillermina Maria Luque. Becaria doctoral. IBYME.
Maria Cecília Ramirez. Becaria postdoctoral. IBYME.
Daniela Noain. INGEBI.
Ana Maria Ornstein. Profesional principal. IBYME.
Marcelo Rubinstein. Investigador superior. INGEBI.
Damasia Becu-Villalobos. Investigadora principal. IBYME.
Este trabajo fue financiado por el CONICET y contó con subsidios de la
Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, la Fundación
Fiorini, the Howard Hughes Medical y the Tourette Syndrome Association.
Un trabajo publicado por investigadores del CONICET en la revista
Endocrinology demostró el papel que tienen los receptores de dopamina y
la prolactina (PRL, una hormona relacionada con la lactancia), en el
control de la ingesta y el metabolismo a nivel del sistema nervioso
central.
En este contexto, conocer qué moléculas y mecanismos están involucrados
en los procesos de almacenamiento y liberación de lípidos en las células
es crucial no sólo para buscar un tratamiento efectivo sino además para
ayudar a diseñar políticas públicas orientadas a reducir estos índices ---
Conicet vìa Argenpress