x Silvina Romano y Tamara Lajtman [celag.org / lahaine.org] - Los resultados del encuentro entre Bolsonaro y
Trump son un paso más hacia el objetivo de EEUU de anular a Brasil como
competidor en la geopolítica regional y global
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, visitó Florida del 7 al 10
de marzo y fue recibido por Donald Trump en su residencia en Mar-a-Lago.
Es la cuarta visita del presidente brasileño a EEUU (EEUU) en quince
meses.
Según comunicado oficial, los mandatarios se comprometieron a una "alianza estratégica" destinada a aumentar la prosperidad económica, fortalecer la democracia y promover la paz y la seguridad [1]
El estrechamiento de relaciones de Brasil con EEUU no se reduce ni se explica únicamente por la afinidad que parece existir entre Bolsonaro y Trump (y su estética política) [2] Brasil es, desde hace varios años, el objetivo número uno de la política hemisférica del Gobierno estadounidense y del sector privado articulado a estos intereses [3]
La guerra contra la corrupción, materializada en el Lava Jato, tiene como objetivo restaurar por la vía judicial el orden neoliberal desafiado por los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) [4]
Al menos desde el 2005 en adelante (al momento en que se descubren las reservas de hidrocarburos del PreSal), hay documentos que muestran la vitalidad del territorio brasileño en términos geopolíticos y del mercado brasileño para la economía de EEUU[5]
Durante las gestiones del PT, las relaciones con EEUU siguieron su curso, pero se implementaron restricciones y un alejamiento en política internacional respecto de la tradicional alineación de Brasil al país del Norte - Leer texto completo
Según comunicado oficial, los mandatarios se comprometieron a una "alianza estratégica" destinada a aumentar la prosperidad económica, fortalecer la democracia y promover la paz y la seguridad [1]
El estrechamiento de relaciones de Brasil con EEUU no se reduce ni se explica únicamente por la afinidad que parece existir entre Bolsonaro y Trump (y su estética política) [2] Brasil es, desde hace varios años, el objetivo número uno de la política hemisférica del Gobierno estadounidense y del sector privado articulado a estos intereses [3]
La guerra contra la corrupción, materializada en el Lava Jato, tiene como objetivo restaurar por la vía judicial el orden neoliberal desafiado por los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) [4]
Al menos desde el 2005 en adelante (al momento en que se descubren las reservas de hidrocarburos del PreSal), hay documentos que muestran la vitalidad del territorio brasileño en términos geopolíticos y del mercado brasileño para la economía de EEUU[5]
Durante las gestiones del PT, las relaciones con EEUU siguieron su curso, pero se implementaron restricciones y un alejamiento en política internacional respecto de la tradicional alineación de Brasil al país del Norte - Leer texto completo