x Guillermo Oglietti y Mariana Dondo [lag.org / celahaine.org] - Si Fernández tuviese que pagar todos los vencimientos de capital e intereses de la deuda en divisas, tendría que desembolsar casi un 12% del PIB por año
Todas las deudas tienen un inexorable destino al vencer: son pagadas, renovadas o no pagadas. Si toca lo último, se le llama “default” o cualquier eufemismo que permita disimular la triste realidad.
Cerrado el acceso a los mercados de capitales voluntarios a principios de 2018 y agotado el préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la deuda vencida no pudo ni renovarse ni pagarse; por eso el macrismo decidió llamar a las cosas por su nombre: “reperfilamiento”.
El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner tuvo muy poco acceso al mercado financiero internacional. Para abrirlo, Mauricio Macri accedió a pagar a los fondos buitre más de 12 mil millones de dólares más las costas de abogados, así que, desde 2016, tuvo un acceso ilimitado al mercado de crédito externo e interno.
Pero, en marzo de 2018, perdió el mercado financiero externo e incluso gran parte del interno, que ahora sólo accede a prestarle al Gobierno a tasas incompatibles con el funcionamiento de la economía.
En 4 años Macri prácticamente duplicó el stock de deuda pública total, desde el 48% del PIB que recibió, hasta el 94% que dejó al terminar su mandato. Pero no sólo aumentó la deuda, sino que su composición se hizo más insostenible.
La deuda, bajo legislación extranjera, pasó desde representar el 25% del total al 66%. El porcentaje de la deuda emitida en divisas aumentó desde el 68% al 80%.
La deuda en manos de bonistas extranjeros se duplicó desde el 28% al 50%, la mayoría de grandes fondos de inversión que contribuyen a la inestabilidad general del mercado financiero - Leer texto completo
Todas las deudas tienen un inexorable destino al vencer: son pagadas, renovadas o no pagadas. Si toca lo último, se le llama “default” o cualquier eufemismo que permita disimular la triste realidad.
Cerrado el acceso a los mercados de capitales voluntarios a principios de 2018 y agotado el préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la deuda vencida no pudo ni renovarse ni pagarse; por eso el macrismo decidió llamar a las cosas por su nombre: “reperfilamiento”.
El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner tuvo muy poco acceso al mercado financiero internacional. Para abrirlo, Mauricio Macri accedió a pagar a los fondos buitre más de 12 mil millones de dólares más las costas de abogados, así que, desde 2016, tuvo un acceso ilimitado al mercado de crédito externo e interno.
Pero, en marzo de 2018, perdió el mercado financiero externo e incluso gran parte del interno, que ahora sólo accede a prestarle al Gobierno a tasas incompatibles con el funcionamiento de la economía.
En 4 años Macri prácticamente duplicó el stock de deuda pública total, desde el 48% del PIB que recibió, hasta el 94% que dejó al terminar su mandato. Pero no sólo aumentó la deuda, sino que su composición se hizo más insostenible.
La deuda, bajo legislación extranjera, pasó desde representar el 25% del total al 66%. El porcentaje de la deuda emitida en divisas aumentó desde el 68% al 80%.
La deuda en manos de bonistas extranjeros se duplicó desde el 28% al 50%, la mayoría de grandes fondos de inversión que contribuyen a la inestabilidad general del mercado financiero - Leer texto completo