viernes, 31 de julio de 2020

España - Juan Carlos I ¿Homicida imprudente o asesino?

x Amadeo Martínez Inglés [lahaine.org] - El infante D. Alfonso de Borbón, de 14 años de edad, moría de un disparo en la cabeza procedente de la pistola personal de su hermano mayor Juan Carlos

En efecto. Sobre las 20,30 horas del 29 de marzo de 1956 el infante D. Alfonso de Borbón, de 14 años de edad, moría de un disparo en la cabeza procedente de la pistola personal de su hermano mayor Juan Carlos,

de 18 años y caballero cadete de la Academia General Militar de Zaragoza, estando los dos hermanos, según informaciones oficiales de la época y de la propia familia, solos en una habitación del domicilio familiar en la localidad portuguesa de Estoril.

 Este desgraciado hecho, que enseguida sería calificado por el franquismo reinante en España, la dictadura salazarista, la familia Borbón y hasta por el mismo Juan Carlos, como “desgraciado accidente familiar”, nunca fue investigado por juez alguno, ni español ni portugués, ni civil ni militar,

algo totalmente atípico y escandaloso teniendo en cuenta que el dueño del arma homicida era en aquél triste momento un profesional de la Fuerzas Armadas españolas, en período de formación para obtener el empleo de Teniente.

Sin embargo, tanto en España como en Portugal, sería revestido del carácter de “alto secreto de Estado”.

 Un supuesto “accidente familiar” acaecido en lo más recóndito del clan Borbón en el curso del cual todo un profesional cualificado de las FAS españolas, de 18 años de edad, con más de seis meses de instrucción intensiva en toda clase de armas portátiles del Ejército español y experto, por lo tanto, en el armado, desarmado, mantenimiento,

uso y manejo de cualquier clase de pistola, manejaría su pequeña arma personal (una pistola semiautomática Star de 6,35 milímetros) de una manera tan alocada e improcedente como para que un pequeño proyectil salido de la misma sabe dios por qué razón le entrara por las fosas nasales a su hermano Alfonso

(¡qué casualidad, el único camino por el que ese diminuto proyectil de tan limitada potencia cinética podía atravesar la durísima barrera de la bóveda craneal del desgraciado Alfonso alojándose en su cerebro!) causándole la muerte instantánea - Leer texto completo