[Sputnik / elcomunista.net] - La efectividad anunciada de diversas
vacunas en fase III de ensayos clínicos atiende a resultados
intermedios.
Las dificultades logísticas de distribución de la de
Pfizer-BioNTech supone un desafío, pero no insalvable. La
espectacularización de los anuncios puede socavar la confianza de la
opinión pública en las nuevas vacunas.
Por Sergio Hernández-Ranera Sánchez* - Los anuncios sobre la efectividad de
las vacunas que están desarrollando la compañía estadounidense de
biotecnología Moderna por un lado y la multinacional farmacéutica
Pfizer en conjunción con el laboratorio alemán BioNTech por otro (de
casi un 95% en el caso de la primera y un 90% en la segunda), han
suscitado el fervor de las plazas bursátiles en Occidente.
Pero también
plantean cuestiones que es preciso aclarar.
Ambas investigaciones presentan una
misma tecnología vacunal, la novedosa técnica de ARN-mensajero. Pese a
que la comunidad científica venía investigando en los últimos años las
posibilidades de este vector, es la primera vez que se desarrollan
vacunas con dicha técnica.
En esencia, se trata de inocular moléculas de
ácido ribonucleico (ARN) del virus SARS-CoV-2, que ejercerán de libro
de instrucciones para que el cuerpo del inoculado cree la proteína de
la espícula del virus. O sea, su corona. Una vez fabricadas, el sistema
inmunitario las detecta y aprende a neutralizarlas.
«Lo que se está haciendo es un uso de
emergencia», explica a Sputnik Marcos López, presidente de la Sociedad
Española de Inmunología, «porque hasta ahora no se había puesto en
marcha contra ninguna otra enfermedad».
Una de las ventajas es que este
diseño genético es bastante rápido de realizar. Grosso modo, se
introduce una nanopartícula de grasa (bilipídica) que se fusiona con la
membrana de las células del organismo, acabando el ARN en su interior - Leer texto completo