[Sputnik / elcomunista.net] - Los golpes de Estado no son nada nuevo en América Latina y representan una realidad latente en el transcurso de toda la historia republicana del continente.
Siempre han sido sangrientos, y los gobiernos instalados de esta manera permanecían en el poder durante muchos años.
Luchar, vencer, caerse, levantarse, luchar, vencer, caerse, levantarse. Hasta que se acabe la vida, ese es nuestro destino (Álvaro García Linera, 2019).
Por Vicky Peláez* - Por eso el rápido final del último golpe de Estado en Bolivia, que duró apenas 11 meses, sorprendió y dejó atónitos a todos los analistas del mundo que pronosticaban una vida larga al nuevo Gobierno de facto en el país instalado con el auspicio de Washington.
El golpe militar en Brasil duró 21 años, en Chile 17 años, en Uruguay 12 años, en Argentina 7 años y el Gobierno de Banzer en Bolivia 7 años.
Entonces, ¿qué es lo que pasó realmente para que el Gobierno de facto encabezado por Jeanine Áñez tuviera que ceder el poder al Movimiento Al Socialismo (MAS) a través de las elecciones que los golpistas trataron de posponer tres veces y finalmente tuvieron que retirarse después de un rotundo triunfo del partido azul (MAS) en la contienda presidencial? - Leer texto completo