(Sputnik / elcomunista.net) - El Gobierno
de Pedro Castillo quiere aumentar las utilidades recibidas por el
Estado por la explotación de Camisea, el yacimiento de gas más
importante del país.
Desde que fue descubierto por Shell en 1984, la
historia del proyecto ha tenido varios dueños privados y un intento de
explotación estatal frustrado por Fujimori.
La
intención del Gobierno peruano de renegociar las utilidades que el
Estado recibe por el gas de Camisea o incluso su posible nacionalización
constituyen la página más reciente en la historia del yacimiento de gas
natural más importante de Perú, que a 37 años de su descubrimiento
acumula varios traspasos de manos entre privados.
La historia del yacimiento se remonta a julio de 1981, cuando el Gobierno de Perú —en ese momento encabezado por Fernando Belaúnde (1963-1968 y 1980-1986)—
firmó un contrato con la petrolera Shell para buscar y explotar
petróleo y gas en los lotes 38 y 42, dos áreas definidas por el
Ejecutivo en Camisea, una zona selvática del departamento de Cusco.
El
resultado de la búsqueda llegaría en 1984, cuando Shell comunica que ha
encontrado gas en uno de los pozos.
El contrato firmado otorgaba a la
empresa el derecho de, en caso de encontrar gas, explotar el recurso
durante 40 años. En ese momento, la compañía tenía un plan para
producir tanto gas seco como gas natural licuado.
Como el yacimiento se encontraba a 500 kilómetros de la ciudad de Lima,
la empresa debía encargarse de gasoductos que trasladaran lo extraído
hacia la capital, donde podría distribuirse entre los consumidores
finales.
Sin embargo, a mediados de la década de 1980 la firma
internacional consideró que la magnitud del mercado doméstico no
ameritaba la inversión y en 1988 confirmó su retiro del país.
El
retiro de Shell dejó todos sus estudios técnicos en manos de PetroPerù,
la petrolera estatal peruana fundada en 1969.
La firma llegó a
presentar un proyecto para retomar la explotación y distribución de gas
en manos del Estado pero en 1990 el Gobierno de Alberto Fujimori, defensor de las privatizaciones y en neoliberalismo, lo descartó.
Con la intención de promocionar la
participación privada en la explotación de hidrocarburos, el fujimorismo
creó en 1993 la empresa pública de derecho privado Perùpetro.
En 1994,
la empresa Shell regresó a Perú para firmar con Perùpetro un contrato
para explotar nuevamente el gas de la zona de Camisea.
Una reconstrucción histórica realizada
por los ingenieros químicos Jaime Santillana y Julia Salinas de
Santillana para el libro Ingeniería de procesos en la industria del gas
natural, recuerda que Fujimori presentó públicamente el nuevo acuerdo
con Shell como el «contrato del siglo«,
mismo término
que ese año se había utilizado para nombrar el acuerdo entre el Gobierno
de Azerbaiyán y ocho petroleras internacionales para extraer crudo en
ese país - Leer màs