domingo, 28 de septiembre de 2014

Argentina - 'mascotas' exòticas

Bruno Geller (Agencia CyTA-Instituto Leloir) - La colorida “culebra nariguda”, muy apreciada como mascota exótica, debe ser considerada “peligrosa” para los seres humanos, señalan científicos de Misiones

Un estudio científico confirmó la peligrosidad de una serpiente de color atractivo que es apreciada como mascota exótica, lo que implica un potencial riesgo para la persona que la mantiene en cautiverio

Se trata de la “culebra nariguda”, también conocida como culebra verde o culebra hocicuda, que mide hasta dos metros y suele habitar en árboles de Santiago de Estero, Catamarca, Salta, Chaco y Tucumán

“La mayoría de la gente considera inofensiva a esta especie, conocida científicamente como Philodryas baroni”, dijo a la Agencia CyTA la doctora María Elisa Peichoto, investigadora del CONICET en el Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT), en Puerto Iguazú, Misiones. “Sin embargo, debe ser considerada peligrosa para los seres humanos”

Junto a un equipo de colegas, Peichoto realizó una investigación en ratones que confirmó a nivel bioquímico cuáles son los daños que el veneno provoca a nivel celular:“hemorragias, muerte celular y alteración de la coagulación sanguínea, entre otros efectos”, dijo Peichoto, para quien los resultados podrían ser extrapolados a humanos - vìa Argenpress

“Cualquier mordedura de esta serpiente de importancia médica debe ser revisada de inmediato por un profesional de la salud calificado”, destacó la investigadora del INMeT, institución que depende del Ministerio de Salud de la Nación.

En la actualidad no se cuenta con un registro formal, ni en Argentina ni en el resto de Sudamérica, sobre la cantidad de accidentes que esa culebra ocasiona en humanos. “Sí se sabe que su veneno provoca dolor, hinchazón y algunas veces manifestaciones hemorrágicas, como sangrado y lesiones subcutáneas en la zona afectada”, describió Peichoto. Tampoco existe un antídoto específico y sólo se aplica un tratamiento para aplacar los síntomas.

El trabajo, publicado en la revista científica “Human and Experimental Toxicology”, fue realizado en el marco de dos becas de pregrado otorgadas por la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) a Matías Nicolás Sánchez y Alejandro Timoniuk. Además de Peichoto, los alumnos fueron dirigidos por la doctora Ofelia Acosta, docente en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE, en Corrientes - vìa Argenpress