Colombia atraviesa actualmente por una fuerte crisis del sector agropecuario generada por las fallidas políticas rurales de los gobiernos en las últimas décadas, que se han enfocado en la promoción de la agricultura agroindustrial y el fomento de actividades extractivas insostenibles,
la atracción de los inversionistas en el marco de los Tratados de Libre Comercio, y el abandono a su suerte a los sectores campesinos y pequeños productores, que fracasan en sus intentos de permanecer dignamente en sus territorios y produciendo alimentos.
Adicionalmente estas crisis se han profundizado por la falta de políticas que permitan mitigar y superar los efectos del cambio climático, que han llevado a la pérdida de la producción agrícola nacional y que han vuelto inviable la agricultura en varias regiones del país.
Frente a esta situación se promueve la importación masiva de alimentos, especialmente de maíz y de soya transgénica, sin ningún control sobre los impactos que pueden generar en la salud humana y animal.
Actualmente se importa el 85 % del maíz y el 95 % de la soya que se consume en el país, por mencionar solo los dos cultivos transgénicos más importantes en el mundo.
El ICA ha aprobado la siembra comercial de cultivos transgénicos de algodón, maíz y soya, aunque de soya aún no se reportan siembras comerciales, es uno de los cultivos estrella que se plantea establecer a gran escala en la altillanura en los próximos años mediante la implementación de las Zidres.
Para el caso de los alimentos, el INVIMA ha otorgado licencias sanitarias a más de veinte tipos de productos provenientes de cultivos transgénicos que han entrado a la cadena alimentaria y entre ellos existen más de diez tipos de maíces modificados genéticamente - texto completo
la atracción de los inversionistas en el marco de los Tratados de Libre Comercio, y el abandono a su suerte a los sectores campesinos y pequeños productores, que fracasan en sus intentos de permanecer dignamente en sus territorios y produciendo alimentos.
Adicionalmente estas crisis se han profundizado por la falta de políticas que permitan mitigar y superar los efectos del cambio climático, que han llevado a la pérdida de la producción agrícola nacional y que han vuelto inviable la agricultura en varias regiones del país.
Frente a esta situación se promueve la importación masiva de alimentos, especialmente de maíz y de soya transgénica, sin ningún control sobre los impactos que pueden generar en la salud humana y animal.
Actualmente se importa el 85 % del maíz y el 95 % de la soya que se consume en el país, por mencionar solo los dos cultivos transgénicos más importantes en el mundo.
El ICA ha aprobado la siembra comercial de cultivos transgénicos de algodón, maíz y soya, aunque de soya aún no se reportan siembras comerciales, es uno de los cultivos estrella que se plantea establecer a gran escala en la altillanura en los próximos años mediante la implementación de las Zidres.
Para el caso de los alimentos, el INVIMA ha otorgado licencias sanitarias a más de veinte tipos de productos provenientes de cultivos transgénicos que han entrado a la cadena alimentaria y entre ellos existen más de diez tipos de maíces modificados genéticamente - texto completo