El Estado capitalista gestionado por Macri facilitó créditos vía
Banco de la Nación Argentina (BNA) por más de 18.000 millones de pesos
al grupo Vicentin que, en diciembre 2019 con el cambio de gobierno,
denunció “estrés financiero” ante deudas acumuladas en el país y en el
exterior por más de 99.000 millones de pesos.
Traducido en lenguaje
sencillo, dificultades del grupo Vicentin para cancelar sus deudas, con
bancos locales y extranjeros; con proveedores diversos, especialmente
miles de productores que entregan su materia prima para la
industrialización y exportación al Grupo; incluso accionistas y agencias
de recaudación del Estado, como Aduana y DGI.
La estafa empezaba a hacerse pública.
Lo que ocurrió es una cesación de pagos, que no escandaliza a los “privatistas”, tal y como se preocupan cuando es al revés, caso del Estado sustentando un default de su deuda con privados.