[sputnik / elcomunista.net] - Las sonrisas cambiaron de bando. Ahora
son los jerarcas chinos los que apuntan con el dedo al Gobierno de
Donald Trump, que días atrás defendía a los manifestantes en Hong Kong
como héroes, y ahora defiende en su país el toque de queda, el estado de
sitio y la represión contra las protestas anti-racistas.
Por Raúl Zibechi* - Las protestas anti-racistas tras el
asesinato del afroamericano George Floyd por un policía
blanco alcanzaron 40 grandes ciudades de los Estados Unidos, conformando
una oleada impresionante como no se había visto en mucho tiempo.
Una de
las reacciones de Trump consistió en anunciar, a través de sus redes
sociales, su intención de designar al movimiento Antifa (antifascista)
como organización terrorista.
La acusa de actos vandálicos, yendo
mucho más lejos que las autoridades chinas frente a las protestas en
Hong Kong. Una de sus frases podría haber sido pronunciada por la
gobernadora de la ciudad o por algún miembro de la dirección del Partido
Comunista Chino.
«Apoyamos el derecho de los
manifestantes pacíficos y escuchamos sus súplicas, pero lo que estamos
viendo en las calles de nuestras ciudades no tiene nada que ver con la
justicia o la paz», dijo Trump en Florida, al asistir al lanzamiento de
un cohete tripulado hacia la Estación Espacial Internacional.
Los medios chinos no dejaron de
enfatizar en las contradicciones de Washington en el tratamiento de las
manifestaciones en Hong Kong y las que suceden en EEUU ahora.
El
portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores en Pekín dijo: «¿Por
qué los Estados Unidos glorificaron a las llamadas fuerzas
independentistas en Hong Kong como héroes, pero critican a los
manifestantes estadounidenses decepcionados con el racismo?» - Leer texto completo