El estado de Pensilvania (EEUU) tiene una población similar a la de Cuba, pero cuenta con 35 veces más casos confirmados de contagiados de coronavirus y 63 veces más víctimas letales. Del 13 de mayo hasta este miércoles pasado, la isla ha reportado un fallecido; Pensilvania, mil 251.
Las cifras, sin importar cuáles sean, son trágicas, pero las
comparaciones alimentan la perplejidad: ¿cómo son tan dispares las
estadísticas entre el país más rico del mundo y la nación víctima de la
tentativa de genocidio más larga de la historia?, como llamó Gabriel
García Márquez al bloqueo económico de EEUU.
¿Tendrá que ver con que el presidente Miguel Díaz-Canel no juega golf en plena epidemia mortal, ni ha sugerido que la lejía es un medicamento revolucionario?
Los muertos se cuentan de uno en uno, no importa el peso, el resultado final es siempre el mismo. Un individuo es la medida exacta del universo y que se haya ido duele a sus familiares y amigos en Cuba, igual que en Pensilvania.