Los nazis apodaron a Evdokia Zavali como “Frau Muerte Negra”. Herida cuatro veces, contusionada dos, finalmente recibió cuatro medallas de combate, múltiples condecoraciones, e incluso se convirtió en ciudadana honoraria de ocho ciudades europeas.
Alrededor de un millón de mujeres
soviéticas participaron en la Segunda Guerra Mundial. Sirvieron en la
retaguardia, transportaron y atendieron a los soldados heridos en el
campo de batalla, actuaron como francotiradoras, pilotos de bombarderos e
incluso tanquistas.
Pero sólo una de ellas logró convertirse en comandante de todo un pelotón de marines.
Un error fatídico - “Quería realmente enfrentarme a hombres
corpulentos, demostrarles que no podía luchar peor – si no mejor – que
ellos”, recordó Zavali muchos años después de la guerra.
Sin embargo, la carrera de combatiente de la joven ucraniana comenzó mucho antes de que se uniera a la infantería de marina.
Cuando la guerra llegó a la Unión Soviética, Evdokia (o Dusia, como se
la conocía cariñosamente), acababa de cumplir 15 años. Presentó
numerosas solicitudes en la oficina de reclutamiento, pero fue rechazada
en cada ocasión.
Sólo cuando el enemigo llegó a su pueblo natal de Novi
Bug, Ucrania, fue aceptada en las filas de un destacamento del Ejército
Rojo en retirada - Leer texto completo