(Sputnik / elcomunista.net) - La Cámara
Federal de Casación argentina confirmó las condenas de dos exdirectivos
de la multinacional estadounidense por el secuestro y tortura de 24
trabajadores de la firma y el montaje de un centro clandestino de
detención en la misma planta de la empresa automotriz.
Los
exdirectivos de Ford, Pedro Müller y Héctor Sibilla fueron condenados
por el secuestro y torturas a 24 trabajadores y por haber montado un
centro de detención clandestino en la planta de la empresa, ubicada en
la localidad de General Pacheco, provincia de Buenos Aires, durante la
última dictadura cívico-militar argentina (1976-1983).
En 2018, el
Tribunal Oral Federal N°1 de la localidad de San Martín condenó a
Müller y Sibilla a 10 y 12 años de prisión respectivamente. Junto con
ambos exdirectivos, fue juzgado el excomandante Santiago Omar Riveros,
quién resultó condenado a 15 años de presidio.
Ford y la represión - La
multinacional automotriz ya era simbólicamente asociada al régimen
dictatorial argentino, al ser la principal proveedora del
reconocido Ford Falcon, fabricado en Argentina, el automóvil ícono de la
represión en las calles argentinas.
Sin
embargo, la confirmación de las condenas y la probatoria de torturas,
secuestros y el facilitamiento de infraestructura de la empresa para la
privación de libertad de personas, son un hito en lo que refiere a la
determinación de responsabilidades de civiles en el entramado de
terrorismo de Estado.
«Ford
Argentina actuó mancomunadamente con las Fuerzas Armadas y de
Seguridad, con el fin de ejercer el poder represivo contra sus
empleados.
Para ello fue decisivo el trabajo en conjunto con los
directivos, a los fines de individualizar y acallar a sus dirigentes
gremiales, proscribir las huelgas y organizaciones sindicales y evitar
de ese modo cualquier entorpecimiento que pudiera repercutir
negativamente en los niveles de producción», sostuvo el juez de casación
Alejandro Slokar en su voto.
Müller, actualmente de 90 años,
integró el directorio de Ford Argentina entre 1974 y 1978, mientras
que Sibilla, de 95 años, se desempeñaba como jefe de seguridad de la
planta de manera tercerizada, mientras se mantenía como miembro de las
Fuerzas Armadas argentinas.
En julio de 1976, mientras la
represión a los obreros de la automotriz estaba en pleno auge, Sibilla
fue ascendido a teniente coronel.
«La firma y sus altos directivos no
solo conocían y colaboraban con las fuerzas ejecutoras del terrorismo
estatal, sino que realizaron un aporte activo, directo y coordinado con
el propósito de lograr una política de disciplinamiento que favoreciera
los niveles de producción», añadió Slokar.
Ante la confirmación de las condenas a
los exdirectivos, la fiscal de la Procuraduría de Crímenes Contra la
Humanidad (PCCH), Ángeles Ramos sostuvo a medios argentinos que «es una
sentencia clave porque evidencia el entramado represivo dentro de las
fábricas y la persecución de trabajadores y agremiados sindicales a
partir del aporte del sector empresarial para el plan sistemático.
Se lo
utilizó, además, con un beneficio económico que se tradujo en la
reducción de la gestión de conflictos laborales o gremiales».
Los hechos establecidos en las
condenas se remiten al secuestro de 24 trabajadores de Ford, 17 de ellos
fueron privados ilegalmente de su libertad y nueve fueron sometidos a
torturas dentro de la misma fábrica, considerada de hecho como un centro
clandestino de detención y tortura -
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