x Vicky Peláez - El problema no es si Lula o Dilma son progresistas o no. El problema es la ofensiva para terminar con todo lo que se oponga al dominio de EU en la región
La cruzada de demonización contra todos los gobiernos progresistas de Latinoamérica por parte de los globalizadores “iluminados” norteamericanos y la puesta en marcha por la oposición derechista latinoamericana ya alcanzó a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff y al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Bastó que el internacionalmente popular Lula anunciara su posible participación en las elecciones presidenciales del 2018 para que la Policía Federal ponga en marcha un gran operativo con 200 agentes para detener al exmandatario, trasladarlo al Palacio de Justicia e interrogarlo durante tres horas por una denuncia de corrupción nunca comprobada.
El show mediático estaba bien coordinado y realizado con "bombos y platillos". Ya en la propia madrugada del 4 de marzo el diario Folha de Sao Paulo apareció con un titular acusando a Lula a través de una supuesta delación, que nadie ha visto, del exsenador del Partido de los Trabajadores (PT), Delcidio Amaral, acusando a Lula da Silva de ser parte de una red que se apropió de unos dos mil millones de dólares.
Posteriormente a las 6 de la mañana se inició la operación "Aletheia" (expresión griega "búsqueda de la verdad") ordenada por el juez Sergio Mora implicando a 200 agentes de la policía, fuertemente armados, y 30 auditores de Hacienda que allanaron la casa del expresidente, la de uno de sus hijos, una finca, un apartamento en el balneario y el Instituto Lula - texto completo
La cruzada de demonización contra todos los gobiernos progresistas de Latinoamérica por parte de los globalizadores “iluminados” norteamericanos y la puesta en marcha por la oposición derechista latinoamericana ya alcanzó a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff y al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Bastó que el internacionalmente popular Lula anunciara su posible participación en las elecciones presidenciales del 2018 para que la Policía Federal ponga en marcha un gran operativo con 200 agentes para detener al exmandatario, trasladarlo al Palacio de Justicia e interrogarlo durante tres horas por una denuncia de corrupción nunca comprobada.
El show mediático estaba bien coordinado y realizado con "bombos y platillos". Ya en la propia madrugada del 4 de marzo el diario Folha de Sao Paulo apareció con un titular acusando a Lula a través de una supuesta delación, que nadie ha visto, del exsenador del Partido de los Trabajadores (PT), Delcidio Amaral, acusando a Lula da Silva de ser parte de una red que se apropió de unos dos mil millones de dólares.
Posteriormente a las 6 de la mañana se inició la operación "Aletheia" (expresión griega "búsqueda de la verdad") ordenada por el juez Sergio Mora implicando a 200 agentes de la policía, fuertemente armados, y 30 auditores de Hacienda que allanaron la casa del expresidente, la de uno de sus hijos, una finca, un apartamento en el balneario y el Instituto Lula - texto completo